No me atrevo a dar una definición de un ser excepcional en la vida: ¡la mujer! ¿Por qué? Porque creo que me equivocaría o me quedaría corto. Sin embargo, me atrevo a decir que cuando fue creada la mujer, salió de la costilla del hombre y ¿por qué sería de la costilla y no de los pies? Pues para no ser pisoteada; tampoco de la cabeza, para ser superior, sino del costado para ser igual; debajo del brazo, para ser protegida y al lado del corazón, para ser amada.
La mujer es hermosa a cualquier edad que tenga; diseñada para llevar en su vientre la preservación de la especie a costa de dolores. Es la base de la familia; el soporte del núcleo familiar; la administradora de la economía y la verdadera educadora.
Por estas razones algunos sectores de la sociedad sufren al enterarse de los feminicidios ocurridos en el país. Pero hay otro factor, que si bien no es letal, si llega a serlo en otro sentido, cuando la dignidad de la mujer es pisoteada, cuando la mujer es denigrada y humillada. Me refiero al acoso sexual que cotidianamente sufren en sus centros de trabajo o iniciándose cuando ese trabajo les es otorgado a cambio de ciertos favores y luego, ya laborando, cuando es no solamente acosada sino prostituida para mantenerla en el mismo.
Los casos más conocidos de acoso, se dan en la industria cinematográfica, y en la pantalla chica; ambos medios sin ser privativos pues se dan en cualquier sitio, sean oficinas, talleres, etc.
Recientemente han salido a la luz de los medios de comunicación, ciertos casos de jóvenes actrices, desde luego bellas, ¡no faltaba más! que supuestamente han sido utilizadas como “acompañantes” o peor aún que han sufrido violaciones,
No les pidamos a estos acosadores o violadores que piensen en que mujeres también son sus madres, esposas, hijas, abuelas, etc. Aunque lleguemos a pensar que carecen de las primeras, pero si se pueden tomar acciones para evitarlas en un futuro. ¿Cómo? Pues precisamente desde el seno del hogar, EDUCANDO a los hijos, inculcándoles desde pequeños el respeto a la mujer; evitando los ejemplos de las actitudes machistas.
Este comportamiento desafortunadamente no es enseñado en las escuelas, a las autoridades poco les importa, (ni siquiera sabe “ler”) así que la responsabilidad
recae entonces en el hogar. ¿Queremos un México mejor? Empecemos por la educación. ¿Queremos disminuir la delincuencia? Sigamos con la educación. ¿Queremos hombres decentes y de bien? Adelante con la educación. Pero ¿Quién le pondrá el cascabel al gato?