Encontramos en el diccionario la siguiente definición de Locura: “Trastorno o perturbación patológica de las facultades mentales”.
De acuerdo a esta definición se podrían catalogar algunos personajes famosos como Adolfo Hitler, que ejecutó a millones de judíos para conservar la supremacía de la raza “Aria”; a Vincent van Gogh, pintor que llegó a cortarse una oreja para obsequiarla a una prostituta; a Juana de Castilla, llamada “Juana la Loca” por su amor y celos a su esposo Felipe I, “el Hermoso”; a Isaac Newton, físico, con tendencias psicóticas; a Howard Hughes, cineasta y diseñador de aviones, con un desorden obsesivo compulsivo, y algunos más.
Quizá los más recordados sean los que vivieron en los siglos diez y nueve y veinte. Sin embargo, el siglo veintiuno ya puede darse el lujo de contar con algunos ejemplares que caen dentro de otra descripción de la locura: “Acción imprudente, insensata o poco razonable que realiza una persona de forma irreflexible o temeraria”.
¿Maduro’, ¿Trump?, Pero para qué ir tan lejos si en México tenemos el nuestro: “Presidente Legítimo” con una verdadera y clara obsesión por décadas. “Perforar pozos petroleros no tiene ciencia”. Pone ahora en sus listas de candidatos a senadores, a ex convictos y prófugos de la justicia. “Voy a acabar con la corrupción”, ¿cuándo y cómo?. Ahora “cacha” a los residuos de los partidos políticos. ”Venderé el avión presidencial”. “Echaré atrás la reforma educativa”. “Suspenderé la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México”. “Implantaré un salario universal y becas a trescientos mil jóvenes”. ”La ex ministra de la Suprema Corte, a una Secretaria de Estado” (violando la ley por tener menos de tres años de haber dejado su puesto). “He recorrido todos los 4500 municipios de México” (el colmo de la ignorancia)
Todo, claro, si gana las elecciones.
Y respecto a las locuras del resto de los candidatos, que también tienen lo suyo, nos encargaremos en otra ocasión
¿Mi concepción estará equivocada? ¿Será que no contrasto adecuadamente las propuestas? ¿Seré acaso de otro planeta? ¡Qué alguien me explique!
¿Quién le pondrá el cascabel al gato?