En 1996, cuando aún era un estudiante universitario con apenas 18 años de edad me acerqué al PRD por curiosidad, había llegado a mi un documento de declaración de principios, aquellos que se han ido modificando con de los años a través de sus Congresos Nacionales y la expedición de nuevos documentos básicos.
Me llamó mucho la atención que incluía una lista de personajes referentes de lucha de izquierda, tanto nacionales como de otros países, figuraban Lázaro Cárdenas, Benito Juárez, Valentin Campa, Salvador Allende, Ernesto Che Guevara entre otros, sus fotografías eran colocadas en los muros de los cuartos de una vieja casona en el Callejón de Ozuna donde se encontraba la sede estatal.
Cruz Palomino, Mizael Lozano, Luis Contreras, Edith Ortega, Gilberto del Real, Rosaura Calzada entre otros formaban el grupo de dirigentes estatales de ese partido, no había dinero , como se podía se sacaba un panfleto con artículos y opiniones orientadas al convencimiento de personas. El partido era una esperanza de cambio, para 1997 vendría el triunfo de Cárdenas en el Distrito Federal, ese año inicié mi militancia activa.
Para 1998 me tocó desde el PRD ver el desprendimiento del PRI y la efervescencia política del fenómeno Monreal, me tocó ver el cambio desde el asiento local, me tocó también acudir a mi primer plantón que fue contra el propio gobernador Ricardo Monreal por la exclusión de los perredistas en los espacios gubernamentales.
De ahí participé en las siguientes campañas, como soldado, acudiendo a mítines, pegando calcas y posters, me integré en el Comité Municipal y me hicieron Presidente del Consejo Municipal del PRD, integrado en un grupo que lideraba Francisco García Márquez de la mesa del Tigre en Villanueva, proveniente del Frente Popular de Lucha de Pérez Cuevas, me convertí entonces en un dirigente municipal.
En el año 2000 con la influencia poderosa del Gobernador, se preparaba la dupla Miguel Torres, quien venía de una ruptura priísta, y Santos Antonio González para el Distrito y Municipio, un año después me integré en la campaña del grupo de jóvenes del PRD a nivel estatal y en la campaña de Miguel Alonso a la Presidencia de la Capital.
De 2001 a 2003 me integré a la administración de Miguel Torres en Villanueva, y en el 2004 contendí por primera vez a la Presidencia Municipal por invitación de el, diferencias entre el alcalde y el gobernador por el tema Amalia-Tomás Torres y la pugna constante con el diputado Santos, un candidato sin experiencia y sin autonomía llevaron al PRD a la derrota. Tuve la opción de decir no participo, pero me la jugué.
En 2004 Amalia García me llama a formar parte de su gabinete, me rescata como cuadro político del PRD y me pone al frente del Instituto de la Juventud del Estado y esta institución inicia con la formación de cuadros de este partido a lo largo y ancho del territorio estatal. En 2007 contiende nuevamente Miguel Torres por Villanueva y es derrotado por el PRI y su candidato Antonio de la Torre, me tocó apoyarlo con lo poco que tenia a mi alcance.
A partir de 2008 fui comisionado político de la Gobernadora para atender municipios del Sur del Estado, además de coordinar el trabajo político juvenil, para 2009 en la antesala del cambio de Gobierno preparo mi candidatura para el 2010, gano la elección interna y la candidatura a la presidencia e impongo en votos a Liz Sandoval como candidata a Diputada, se genera un fenómeno para el cambio en mi municipio y logro el triunfo a pesar del trabajo a favor del PRI de Miguel Torres, razón por la cual las relaciones se tornaron pésimas desde entonces.
Para 2010, las relaciones mejoraron, como acto de buena fue, le di trabajo a sus 2 hijos en mi administración, otra razón fue el interés de Miguel Torres de ser nuevamente alcalde de Villanueva en 2013, mi equipo político lo apoyó, lo hicimos candidato y Presidente Municipal nuevamente, ahora en coalición con el PAN, yo logré ser Diputado Local de Mayoría con una votación de casi 17 mil votos.
De 2013 a 2016 Miguel Torres se empeñó en desmantelar mi equipo político, incumplió una serie de acuerdos que afectaban resultados de mi administración municipal y trató de afectarme en mis cuentas públicas. Nuevamente las relaciones empeoraron.
A principios de 2015 mi incorporo a Nueva Izquierda a nivel nacional y a nivel local al proyecto de Rafael Flores para la gubernatura y pareciera que sería la solución, sin embargo no fue así. Producto de la división interna del PRD incluyendo una serie de traiciones al proyecto y en donde aparece la misma figura, el Partido cae a 4ª fuerza electoral.
Ahora en 2018 después de haber ganado el proceso interno, algo que parecía resuelto por ser un tema solo de Nueva Izquierda, me llevo una sorpresa desagradable, la misma persona con la que se acordó el procedimiento para la obtención de la candidatura en presencia de los dirigentes nacionales, traicionaba a su propia corriente y despojaba en contubernio con dirigentes del PRD candidaturas a varios compañeros del grupo de Rafael Flores.
Luché al interior por la reinvindicación de mi figura, por lo que le he aportado al PRD, me decepcionó ver las firmas en el dictamen que consumaba el atraco y la actitud indolente de quienes se beneficiaron con las plurinuminales en la ruta del fracaso. traté de recuperar lo que habíamos ganado de manera honesta, me resistía a creer lo que desde el PRD le hacían a uno de sus dirigentes sin la menor explicación.
Miguel Torres se “roba” la candidatura a la Presidencia Municipal de Villanueva para imponer a su hijo por la sencilla razón de poder hacerlo, pero es el mas claro ejemplo de lo peor de la política, la deshonestidad, ostentación e imunidad, autoritarismo, despotismo, egoísmo y patrimonialismo. Se le olvida que la vida da muchas vueltas.
No tiene caso continuar en el PRD, les dejamos todas sus candidaturas para que sacien su ambición, me llevo mi experiencia y conservo las amistades francas que me dieron la mano y la sostienen con fuerza ante decisiones difíciles. No se que me depare el destino, pero mi dignidad no se circunscribe a pertenecer a un partido político toda mi vida, tengo un compromiso con las personas que ven en mi alguien que puede transformar su entorno y refrendo mi disposición a seguir trabajando por mi municipio y por mi Estado, desde la trinchera donde me abran esa posibilidad. “Hasta la victoria Siempre”