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De El Robo

Viendo la balanza económica de Petróleos Mexicanos, se observa un superávit durante muchos años, a pesar de la ordeña infame de recursos financieros que a través de impuestos, hacía el gobierno federal; a pesar de los sobreprecios en los contratos debido a los “cochupes” de los funcionarios de la empresa y aún más, a la indiscriminada distribución a los gobernadores de los excedentes petroleros. Este superávit permaneció hasta la implementación de la reforma energética en el 2014; a partir de esta fecha, la balanza es negativa. Casi cuatro años de pérdidas y la pregunta ingenua sería: ¿a qué se debe? El resultado final es el robo al pueblo de México.

Pero si hiciéramos un recuento de los robos que sufre el pueblo de México, estos serían innumerables; veamos algunos ejemplos: el robo de automóviles, el robo a transeúntes, el robo a casa habitación, el robo en el servicio público (combis, autobuses, metro, camiones, taxis), el robo en el precio de los combustibles, el robo en las tarifas eléctricas, el robo por la aplicación del IVA, el robo por la tenencia vehicular, el robo por el pago de las autopistas, el robo por el uso de los segundos pisos (con excepción de un tramo), el robo por el aumento al precio de la canasta básica, el robo por el aumento a las tortillas, el robo por las mordidas a la policía de tránsito, preventiva, municipal, estatal, federal, el robo por todo tipo de “mordidas”, el robo de identidad, ¿Quieren más?

Cuando no nos roban las autoridades o los gobernantes, nos roban nuestros connacionales, y no digo ciudadanos, porque por desgracia muchos de los crímenes son cometidos por menores de edad. Leyes van y leyes vienen, pero parece que ninguna funciona para poner alto a la delincuencia. Ahora quisieron vaciar las cárceles ocupadas por convictos del fuero común por delitos leves, y entran y salen de las cárceles como por su casa.

¿Qué hacer entonces? El ciudadano común debe ser respetuoso de las leyes. Los padres de familia deben inculcar a su prole, valores éticos y también religiosos, que mucha falta hacen. Los legisladores deben hacer leyes en serio y con penas más severas, ¡que desquiten su dieta! Los gobernantes deben vigilar de cerca a sus subordinados y correr a los corruptos. Y la consabida Ley Anticorrupción, ¿dónde está? Las policías deben ser actualizadas, capacitadas

y pagarles bien, empezando por las municipales (¡aguas con la federal en las carreteras!). Los medios de comunicación deben ser veraces y confiables, no sólo vender notas rojas y olvidarse de los “maiceros”. Y la Ley Antisecuestros ¿dónde está? Y todo lo que falta, ¿dónde está? La responsabilidad debe ser compartida.

Total, como dice el dicho: “Todos contra el payo y el payo contra todos”. ¿Quién será el que le ponga el cascabel al gato?

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