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De los nuevos jugadores de la Liga

Pues ha empezado la nueva temporada de fútbol, que en nuestro país se divide en dos torneos, creo que se denominan “de apertura” y “de clausura”. Si bien para los aficionados a este deporte lo más importante es ver a sus consagrados o predilectos reyes de la patada en su equipo de sus preferencias, para los dueños de los equipos lo más importante es “la pachocha”, “el money”, “el parné”, “el cash”, “la lana”, “la plata”, “la marmaja”, “los baros”, o como cada quien le quiera decir, a costa de lucrar con la dignidad de los jugadores. Todo sea en un afán de tener un equipo ganador que generará más ingresos.

Por desgracia en la política suceden cosas parecidas, que para los no muy duchos en estas lides de la hipocresía y tranzas de todo tipo, han sucedido, suceden y sucederán. Y si alguien lo duda, veamos: un gobernador electo que sólo tuvo como antecedente haber sido presidente municipal en el Estado de Morelos, cuya candidatura aceptó a cambio de millones de pesos por su imagen en un partido familiar, y que, gracias al super jefe, ahora será el mero “chipocludo” del Estado.

Un mediocre actor, “carita” si ustedes quieren, que ahora estará en el poder legislativo, gracias nuevamente a la imagen del mesías. Otro más: Tendremos que ir haciendo una “vaquita” para comprar las suficientes ligas que usará el “señor de las ligas” quien ha vuelto a los escenarios políticos, desde luego con su nunca olvidada consorte, ambos lopístas hasta la médula.

Con una experiencia en manejo de masas sindicales, regresan al escenario político dos líderes o exlíderes, que para el caso es lo mismo, uno de la industria minera y otra de trabajadores del magisterio. Dos blancas palomitas rescatados de la ignominia. Este “par” mata “tercia”.

Y sigue la mata dando; con muchísima experiencia política, gracias a sus experiencias en diferentes partidos políticos iniciando con el moribundo PRI, aparecen en escena dos personajazos, uno a dirigir la empresa productiva del Estado, generadora de energía eléctrica y otro, también de origen priista, y luego perredista y luego petista…en fin, quien será el coordinador de los senadores del partido más moreno en la actualidad. ¿Quieren más?

Con estos próceres de la libertad, líderes de la democracia, ejemplos de honestidad, encabezadores de la honradez y todos los adjetivos que querramos sumarles, será que el próximo uno de diciembre (perdón, meses antes), la nueva administración federal tendrá el compromiso de guiar a México por la senda del crecimiento, con la anticorrupción por delante, el populismo detrás, y el “cuatismo convenenciero” cerrando la cadena de poder.

No quiero ser pesimista, por el contrario, me preocupa mi México querido y su destino intermedio (el próximo sexenio), y lo que más deseo es que el triunfo de la democracia, que en forma por demás apabullante eligió mediante su voto a nuestro nuevo líder, no se vea defraudada por resultados contrarios a las expectativas, y que los no morenistas nos digan: “Se los dije”.

¿Por fin México será digno de su herencia, trabajo y esfuerzo a través de un gobierno diferente? ¿Será que ya llegó quien le ponga el cascabel al gato? Al tiempo.

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