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REVOLTIJO

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JORGE AGUILAR MORA

Nació en Chihuahua, el 9 de enero de 1946. Concurrió a la Universidad Nacional Autónoma de México, donde estudió las literaturas hispánicas y la lengua. Se graduó de la universidad en 1974, y después, estudió en Paris. Cuando regresó de Paris, ganó su doctorado del Colegio de México. Su obra publicada, El texto de un juicio, fue su obra de la licenciatura de la universidad. . Entre las narraciones más interesantes de Jorge Aguilar Mora, destacan las publicadas bajo los títulos de Cadáver lleno de mundo (1971) -una opera prima que sorprendió gratamente, por su hondura y calidad, a la crítica y los lectores mexicanos- y Si muero lejos de ti (1979).

Es uno de los autores más importantes de toda la literatura mexicana, aunque no es tan conocido como otros de sus contemporáneos. Aguilar Mora es un ensayista, un poeta, y también un novelista. En 1972, Aguilar Mora explica porque era un escritor cuando dijo, “Desde un punto de vista muy abstracto soy escritor porque nunca he dejado de pensar en el lenguaje y porque contar una historia con palabras que no son mías (las palabras que son realmente mías no tienen traducción en ninguna caligrafía) es una manera de inventarme una vida que no he tenido.” Con todas sus obras, ha mantenido esta idea: siempre son reflexivos de algunos eventos históricos y también representan una multitud de voces diferentes.

Numerosas de las obras de Aguilar Mora reflejan la tragedia de Tlatelolco, porque es de la generación de este movimiento social. Muchas de las emociones de los estudiantes de la revolución están incorporados en las obras de Aguilar Mora, específicamente en Si muero lejos de ti, una obra en la que Aguilar Mora nos presenta con un estudio de las vidas de los sobrevivientes de la matanza en Tlatelolco. Nuestro personaje fue un profesor en la UNAM, el Colegio de México, y también en los Estados Unidos en la Universidad de México y Puerto Rico.

A principios del siglo XIX, esto transcurría: Goethe sufría una gripe que por poco le provoca la muerte, América esperaba la llegada de Alexander von Humboldt, los jesuitas se sobreponían a la expulsión que padecieron en América, Francia y España; Thomas Jefferson imagina que Estados Unidos puede cubrir todo el continente.

Como lo cuenta Aguilar Mora en Fantasmas de la luz y el caos: 1801 y 1802, su más reciente libro, con el que propone una relectura de esos años que fueron clave para definir el concepto de modernidad, pero sin caer en una simplificación de la historia.

Relatado por un narrador erudito, la novela se divide en dos crónicas que integran todos los hechos, en apariencia desconectados, que dan cuenta de la historia, el pensamiento, la literatura y la vida cotidiana del siglo que fue definido por los experimentos, los viajes y la guerra.

Lo hace con una lectura distinta a la que se propone en las escuelas de nuestro tiempo, donde se “enseña una historia plana, muy simplista, carente de conflicto y ausente de paradojas”, como sucede con el conocimiento que existe sobre las ideas de Jean-Jacques Rousseau, enfatiza Aguilar.

Dice que se entendió mal a Rousseau, porque él era muy paradójico, no era muy sencillo de comprender lo que estaba diciendo, y me refiero a su idea sobre los hombres naturales (expuesta a mediados del siglo XVIII), que no era una cosa muy simplona donde hablaba de regresar al hombre natural. ¡Rousseau nunca dijo eso!”, advierte.

De tal manera que este libro también expone y demuestra que hemos simplificado la historia a un punto en que ha dejado de ser comprensible, en un tiempo donde las ideas de Rousseau se enfrentan a la idea de ciencia, que también buscaba la perfección y el conocimiento absoluto, un instante en el que todavía no se sabía cómo funcionaba el oxígeno ni cómo se transmitía el calor o la electricidad.

Por esa razón, muchos científicos aún creían en un elemento llamado éter, es decir, una sustancia inaprehensible que permitía la transmisión de todo, tal como lo afirmaban los alquimistas de esa época.

Aguilar Mora también aborda el impacto de los jesuitas en ese tiempo. En Fantasmas de la luz y el caos: 1801 y 1802, “Los jesuitas en América y España eran los más adelantados de la iglesia católica, eran los que sabían más y estaban en la modernidad, los que aceptaban las nuevas corrientes filosóficas, en contra de la escolástica, es decir, el conocimiento que se transmitía a partir de la tradición aristotélica”.

Ellos que estaban a favor de Descartes y querían hablar de la ciencia y de Isaac Newton, aunque paradójicamente eran los grandes defensores del dogma católico y del Papa, reconoce. “Es más, ellos fueron quienes se percataron de que en Europa existía un enorme desprecio por lo americano, pues creían que todos los americanos éramos ignorantes y analfabetos, aunque algunas de las mejores bibliotecas del mundo hispánico estaban en México, Chile y Argentina”, explica.

Así que entre 1801 y 1802 hubo muchos baches, retrocesos y cientos de experimentos científicos, circuló el trabajo literario de Georg Philipp Friedrich von Hardenberg, mejor conocido como Novalis.

Al mismo tiempo, Henri de Saint-Simon le daba forma al Sansimonismo —más tarde llamado positivismo—, y le proponía a Madame de Staël —considerada la bestia negra de Napoleón— que procrearan el hombre perfecto.

Este libro es el segundo título de la serie que Aguilar Mora emprendió en 2015, con la publicación de Sueños de la razón: 1799 y 1800 (Premio Xavier Villaurrutia), que alimenta este proyecto que nació con la esperanza de cubrir la historia, el pensamiento, la vida, las mentiras y las catástrofes del siglo XIX año por año.

Sin embargo, la idea de estos libros “no es una crónica de efemérides ni tampoco un registro calendárico de acontecimientos, sino una relectura del siglo XIX”, advierte, “sino un intento por mostrar la entramada realidad del siglo XIX, que podría ser una especie de red tridimensional y nada regular ni cuadriculada”.

Bibliografía: MCNBIOGRAFIAS.com y periódico Excélsior.

REVOLTIJO

Tuvimos la oportunidad de Escuchar en el Teatro Calderón, a la Senadora Rocío Nahle García, próxima Secretaria de Energía en el primer Encuentro Nacional de investigación en Ciencias Químicas”, su tema fue “política energética en México”,

La Senadora Nahle informó que se reunió con el presidente electo para revisar el presupuesto del año entrante, donde se pondrá énfasis en la inversión para hacer productivas y eficientes a PEMEX y a la CFE……Añadió que buscarán que en el próximo presupuesto se destine una inversión de 150 mil  millones de pesos para apuntalar a las dos paraestatales……anunció que como ya lo declaró el propio Andrés Manuel habrá recursos para mejorar las condiciones de Pemex, la construcción de la nueva refinería, la reparación de hidroeléctricas, entre otras prioridades…….Agregó que sostiene reuniones cada semana para revisar rubro por rubro con la administración pública saliente  para ver todo lo que tiene que ver con energía……Complementó que ya están revisando los contratos que se suscribieron con empresas nacionales y extranjeras relacionadas con la exploración y explotación del hidrocarburo, sin embargo comentó que no tienen información completa, misma que les entregarán hasta que tomen posesión el 1º de Diciembre.

Ella se fue  a realizar sus prácticas a Pemex, cuando cursaba 9º. Semestre, junto con otras cinco alumnas de la UAZ, su Alma Mater y dos de ellas destacaron, también sobresalió la labor del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), el cual se abandonó, pero a corto plazo se apoyará para que cumpla su función……Comentó que el 80% de la gasolina se importa, sólo se produce el 20% en nuestro país……El Teatro estaba lleno principalmente de estudiantes y maestros, más algunos invitados, y personas de Río Grande que vinieron a escuchar a su paisana……Desde que Don Manuel Tello fue Secretario de Relaciones Exteriores, en la década de los 60s. No había ocupado este nivel ningún Zacatecano. Hasta la próxima!