Jimena Black
Aunque ya se habló de esto antes, considero importante recalcar la importancia y los alcances que puede llegar a tener el diseño y el arte y explicar porqué generar impacto es una meta fundamental de estas disciplinas; el rol que juegan los diseñadores y los artistas ante problemáticas sociales complejas es algo de lo que no se puede prescindir, ya que su tarea es conceptualizar y desarrollar proyectos que mejoren la calidad de vida de las comunidades desde distintos enfoques.
El arte tiene el poder de impactar fácilmente, ya que al ver una obra reaccionamos instantáneamente, no importa si nos gusta o no, el arte no tiene la obligación de ser agradable o “algo bonito”, de hecho, son las cosas bonitas las pierden relevancia con mayor rapidez. Las obras de arte que más se aferran a la mente son aquellas que nos mueven, nos sacan de la zona de confort. Últimamente esto es algo un poco complejo de lograr debido a la exposición que tenemos diariamente a noticias diseñadas para impactar y ser olvidadas rápidamente; aunque cada vez son más artistas que basan su obra en las distopias sociales que actualmente se viven, la novedad pasa rápido y una obra de arte mal ejecutada no generará ningún cambio a largo plazo.
Refugee boat, Banksy.
Por otro lado, el diseño tiene el poder de dar a conocer los temas relevantes por medio de campañas sociales, dando voz y poder a personas que difícilmente serían escuchadas. A través del diseño, diseño bien enfocado, se genera conciencia acerca de problemas importantes como desastres naturales y cómo ayudar, la salud y la violencia, entre muchas otras injusticias sociales.
Los diseñadores enfocados a proyectos sociales, por lo general buscan sintetizar, de manera llamativa y de fácil comprensión, cosas que ayuden a entender e interpretar información compleja. Un ejemplo esto son las infografías, en las que se presenta información clara y gráfica, que de otra manera sería difícil entender o difícil que el publico al que va dirigido se interese en leer sobre el tema.
Como había escrito previamente, el diseño no sólo se enfoca en generar mensajes visuales o tangibles, sino que el buen diseño crea soluciones a través de productos y servicios que generan experiencias y/o procesos para que los usuarios (o receptores) tengan una mejor calidad de vida. Los diseñadores buscan crear un futuro mejor.
MASS, construcción en zonas devastadas.
En el arte y el diseño, los proyectos de impacto social tienen una diferencia significativa en forma y contenido a los puramente enfocados a la comercialización (sin importar si el arte intenta disfrazarlo, su meta final, por lo general, es vender); cuando se busca un impacto social no se enfoca en el retorno de la inversión sino en los cambios que derivarán de este y los beneficios que traerán a los receptores. En el arte, las obras que más impacto social tienen son aquellas que interactúan de manera directa o casi directa con el espectador, por ejemplo, el teatro de calle o las instalaciones en las que se puede transitar libremente entre la obra; mientras más interactivo sea, más empatía genera. No es lo mismo ver una fotografía de un niño en medio de una zona de conflicto bélico, a ver a pocos metros a alguien actuar como ese niño.
Desde luego, se entiende que tanto el arte como el diseño no pueden provocar un cambio por si solos, para que un proyecto o una obra logre el impacto que busca también es necesario tener en cuenta factores políticos, públicos, niveles de educación, economía y tecnología del lugar en donde se piensa aplicar. Esto significa que dependiendo del público al que va dirigido, puede ser más efectivo usar uno u otro (arte o diseño), no servirá de mucho una campaña para combatir la pobreza generando empleos en Polanco, así como tampoco cumple su cometido una instalación de arte abstracto en medio de una ranchería.