Jimena Black
El lunes 15 de abril corrió la noticia del incendio en la Catedral de Notre Dame, en París, suceso que será considerado como catástrofe cultural y pérdida parcial de uno de los lugares turísticos más visitados en Europa.
Hasta el día de hoy, no se sabe, al menos públicamente, cómo y porqué comenzó el incendio, si fue un error técnico por parte de la constructora que se encargaba de la restauración del edificio o si, como dicen algunos paranoicos, es parte de un acto terrorista. Sea como fuere, el mal ya está hecho y se perdió la aguja central de la catedral.
No es la primera vez que Notre Dame necesita una gran reparación, de hecho, a lo largo de la historia ha sufrido muchas pérdidas y destrozos, pero si es la primera vez que nos enteramos todos simultáneamente. Muchos estábamos consternados con la noticia de la pérdida de lago tan importante para la historia y patrimonio cultural, por el otro lado, hubo quienes se burlaron e incluso expresaron cierta alegría por el suceso. Al día siguiente del incendio, se dio a conocer la impactante suma de dinero recaudado para la reconstrucción, lo que hizo que aún más personas expresaran descontento, haciendo énfasis en lo fácil que sería resolver diferentes problemas sociales si se les diera la importancia debida.
Las obras arquitectónicas no siempre fueron consideradas parte del patrimonio cultural, aunque siempre se ha tenido la necesidad de proteger los edificios y lugares emblemáticos. Los edificios en las ciudades son parte del conjunto económico, social y político que constituyen las regiones que habitan, por lo cual desde los años 30’s empiezan a introducirse una serie de normas y medidas para preservar y consolidar el patrimonio arquitectónico.
Ruinas de Wat Maha That
Por patrimonio arquitectónico entendemos edificaciones o ruinas que, con el paso del tiempo adquirieron un valor al del encargo original, este valor puede ser cultural, emocional, histórico o técnico.
Al ver un edificio, un jardín antiguo o las estructuras descubiertas de una ciudad en ruinas, nos preguntamos cosas como quién vive/vivió ahí, cómo vivían en esa época, por qué utilizaban ciertos materiales y por qué eso sigue ahí. En preguntas como estas radica la importancia de la arquitectura, las estructuras creadas e intervenidas por el hombre.
Visto desde el exterior, podemos pensar que no ha habido grandes cambios en la forma de construir ni en el estilo, sin embargo, si ponemos más atención a los detalles nos damos cuenta de que cada vez las casas son más pequeñas, cada vez somos más y se debe aprovechar mejor el espacio. El material también ha cambiado, ahora hasta las casas son desechables y la construcción en masa es uno de los mercados más importantes a nivel mundial.
Es por esto y muchos otros motivos culturales, históricos y económicos que la noticia del incendio fue tan impactante y por ello, casi de inmediato, ocurrieron las donaciones millonarias, pues a la larga, si no se repara se perdería una cantidad importante de turistas y con ellos, una suma mucho más grande de dinero. Viéndolo del lado romántico, cuando se pierde un edificio (o conjunto de edificios) de esta índole, el entorno donde se ubican dejaría de ser lo que es.
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