Jorge Luis Ramos Ramírez
En la madrugada de este 25 de abril de 2019 quedó aprobada en lo general y en lo particular la nueva reforma educativa que se promovió desde el presidente de la república, cerrando así un capítulo más de negociaciones y acuerdos entre gobierno, CNTE, SNTE y algunos docentes de México.
Como en toda creación del hombre, existen claroscuros que se van a hacer presentes durante los próximos días y hasta la emisión de las leyes secundarias, pero por lo pronto existen algunos puntos que deben ser destacados.
Lo primero y que es lo que se celebra con mayor emoción desde las bases docentes es que se elimina la liga entre la evaluación y la permanencia, con lo cual se siente recuperado el derecho del magisterio a que, una vez ganada su plaza, esta será permanente hasta el día de la jubilación y ya no se encuentra sujeta a sus resultados de evaluación. Pero a pesar de esto, no se eliminan las evaluaciones como se prometió en campaña, se cambia el enfoque de uno basado en competencias a uno pensado en diagnóstico y formación continua.
El nuevo giro que quieren darle a la evaluación queda cimentado en la desaparición tanto del Instituto para la Evaluación de la Educación y la Coordinación del Servicio Profesional Docente, los cuales serán reemplazados por una nueva junta directiva que tendrá como función el organizar los procesos de admisión, promoción e incentivos con base en una nueva ley denominada como “ley reglamentaria del sistema para la carrera de las maestras y los maestros”.
Entonces, ¿Cuál es el beneficio de desligar la permanencia de la evaluación? Primeramente, el despreocupar a las y los docentes de México quienes a partir de que eran notificados para ser evaluados entraban en pánico, debido a que su trabajo dependía de sus resultados y se centraban únicamente en pasar, llegando a descuidar a los grupos por ese periodo de tiempo, sin embargo, ahora que no hay obligación ¿Qué va a hacer que los docentes participen en su formación continua?
La estrategia que establece el gobierno de AMLO y bajo el mando de Moctezuma Barragán es de ofrecer capacitación y formación continua para el profesorado a partir de sus necesidades y de su contexto lo cual me parece una idea formidable y sin dudas humanista, pero mi temor aquí es en materia presupuestal, pues por lo menos en los primeros meses del nuevo gobierno, ya hubo recortes en el área de educación, y para capacitar a las y los docentes de México se necesita dinero, y mucho, para poder llevar dichos recursos hasta todos los rincones de nuestro país, además de convencer al gremio magisterial de participar en actividades como cursos, talleres y demás que serán en contra turno, porque lo primero seguirá siendo garantizar el servicio a los alumnos.
Pero la pregunta primordial es ¿por fin tendremos educación de calidad? AMLO menciona que con estos cambios por fin se dará una educación de calidad a los niños de México, como aseverando que todos los que fuimos formados con anterioridad no lo hicimos y creo que es un error, los cambios en la educación han sido sistemáticos y obedecen a una gama de cambios sociales, desde la aparición de los medios digitales, hasta el uso de las redes sociales, por lo que la educación que se propone sin duda tiene sus méritos pero no basta con decirlo para que cambie, existen muchos vicios y situaciones que necesitan ser cambiados de raíz, por medio de la investigación y de la misma evaluación, pero para todo esto se necesita presupuesto no solo buenos deseos.
El mayor temor de la oposición de MORENA es que el control administrativo de los profesores volverá a las autoridades educativas locales, es decir, a las de cada estado, lo cual podría ser una rendija que permita de nueva cuenta la corrupción y sobre todo la venta de plazas, por lo cual se espera que en las leyes secundarias se encuentren esos candados para evitar que se siga lucrando con el magisterio.
Mientras esperamos a que se emitan las leyes secundarias y la nueva ley reglamentaria del sistema para la carrera de las maestras y los maestros seguirán muchas incógnitas sobre todos los procesos tanto de admisión, promoción y reconocimiento, pero sobre todo del como este nuevo modelo permitirá que la educación de México avance hacia la calidad y mejore sus resultados académicos.