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EL ARTE Y LA SALUD

Jimena Black

¿Cómo algo que destruye a algunos de sus creadores puede beneficiar a sus espectadores? Está comprobado que el arte y los eventos culturales, por lo general, ayudan a elevar la calidad de vida y mejoran ciertas afectaciones en la salud, pero los estudios y sensos que hablan de eso están enfocados casi exclusivamente en los espectadores; se habla también de cómo realizar actividades artísticas como pintar, escribir y leer (entre muchas otras) puede ayudar a que los enfermos sanen más rápido o, por lo menos, a que sus síntomas disminuyan de intensidad.

La terapia relacionada al arte es muy común para tratar transtornos mentales y suele aliviar los síntomas de enfermedades comunes como depresión en etapas no severas y ansiedad, incluso personas con distintos tipos de demencia se benefician de escribir, dibujar o leer por lo menos diez minutos al día ya que estimula ciertas áreas del cerebro que se encargan de la memoria y las habilidades cognitivas.

Sin embargo, aunque las actividades artísticas y culturales tienen tantos beneficios relacionados a la salud física y mental, a lo largo de la historia hemos presenciado como personajes importantes en la escena del arte (música, artes visuales, literatura, etc.) sufren de enfermedades mentales y físicas clínicas y crónicas durante gran parte de sus vidas, algunos incluso terminan en suicidios, como es el caso de muchos escritores y músicos.

¿Qué es lo que pasa en la mente del artista? Comúnmente se tiene la creencia de que la creatividad está relacionada con problemas mentales como depresión, ansiedad y trastornos obsesivos compulsivos, mucha gente incluso cree que es un factor determinante entre ser un “buen” artista o ser uno más del montón; esto se debe a que ser creativo implica centrarse en lo que uno piensa y siente, fijarse en los detalles, muchos artistas que pasan por periodos depresivos suelen no ser productivos durante estas épocas, sin embargo, en el momento de recuperación o de “vuelta al funcionamiento” su producción de obras casi siempre es mucho mayor a la cantidad creada en un periodo de “estabilidad”.

Las personas con mayor nivel de sensibilidad, incluyendo la sensibilidad artística, son propensas a la depresión, debido a que sienten con mayor intensidad las emociones y se fijan más en los detalles, por lo que los sucesos que ocurren a su alrededor y también por sus propios pensamientos.

Los artistas que producen mejores obras gracias a sus episodios de enfermedad mental son aquellos que no tienen problemas crónicos, pues al caer en algún trastorno clínico severo producen cada vez menos hasta que finalmente su enfermedad los acaba, lo mismo con un artista que empieza a perder alguna habilidad motriz necesaria para desempeñar su labor. Por el contrario, las personas que utilizan algún tipo de arte para tratar sus trastornos o enfermedades, notan una mejoría constante con el paso del tiempo. A pesar de que existe la relación entre el arte y la enfermedad y, por el contrario, entre el arte y la recuperación o sanación, es algo muy complejo y con muchas caras que estudiar. Es algo que, como el arte en general, probablemente nunca terminemos de comprender.

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