Patricio T. Paredes
PIMERA LECTURA
La 63 Legislatura aprobó el jueves la ley que regula el uso de cubrebocas en Zacatecas. Los diputados de Morena, bajo la guía política de Jesús Padilla, hicieron sufrir al gobernador Alejandro Tello, pero finalmente, metiéndole mano para corregirle algunos puntos, sobre todo el referente a las multas, accedieron a votar a favor de la iniciativa. La ley se publicó ayer en el Periódico Oficial y mañana entra en vigor. Se aplicará en tanto persista en el estado la pandemia del SARS CV2. Quienes no la cumplan pagarán multa económica de 1 a 10 veces la Unidad de Medida y Actualización. Del vulgo nadie sabe qué es una UMA. Pero si no usa cubrebocas, y lo usa bien, pagará alrededor de 800 pesos. Y si se pone al brinco lo mandarán al calabozo durante 36 horas y además deberá hacer trabajos a favor de la comunidad.
PARA HECHOS
El gobernador TELLO Cristerna no puede creer que con esa ley se termina la emergencia sanitaria en Zacatecas. Está lejos, muy lejos de poder sentirse tranquilo. Lo están el presidente Andrés López y su secretario y subsecretario de Salud, Jorge Alcocer y Hugo López; 100 mil 104 muertos no les quitan el sueño ni les remuerden sus conciencias. Allá ellos. Más temprano que tarde tendrán que dar cuenta por esos 100 mil hogares enlutados que, según expertos de la UNAM, al llegar el 2021 sumarán más de 300 mil. Tello no tiene el alma tan negra y tiene que tomar otras medidas urgentes. Porque los hospitales ya están saturados. A mediados de semana, el presidente de Valparaíso, Eleuterio Ramos Leal, pidió lugar para un niño con Covid que se puso grave. En la Secretaría de Salud, de parte del secretario Gilberto, le dijeron que no había lugar. Buscaron en un nosocomio particular y les pidieron un depósito de 200 mil pesos. El niño tuvo que permanecer en su casa con oxígeno. Y ahí sigue. Otro caso. Una enfermera se contagió y Ramos volvió a pedir ayuda para hospitalizarla. La historia se repitió. Intervino Norma Castorena, lideresa de trabajadores de la salud y casi a empujones consiguió una cama en el hospital del Issste de Fresnillo. El último corte de caja de la Secretaría de Salud consigna 14 mil 594 positivos acumulados, 1 mil 342 muertos y 13 mil 591 negativos. Significa que del 20 de marzo, fecha en la que apareció el primer caso de Covid en Zacatecas, a la fecha, se han realizado 28 mil 185 pruebas, es decir, 3 mil 523 pruebas al mes. En la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum instaló seis macro kioscos y tiene planeadas 3 mil pruebas a la semana. Y darle acompañamiento y seguimiento a quienes den positivo.
VOTO PERSONAL
Omar Carrera Pérez, diputado de Morena, rindió informe de su cuarto año como diputado local -dos en la 62 y dos en la 63-. Sobrino de María de Jesús Pérez de Monreal -esposa del senador y exgobernador Ricardo Monreal- e hizo político de José Bonilla Robles, Omar Carrera ha sido un diputado incómodo para el gobernador Alejandro Tello Cristerna. En el Ejecutivo lo consideran uno de esos sujetos que siempre de los siempres está en contra de todo y a favor de nada. Y nada de lo que haga el gobernador le gusta. Todo lo cuestiona y lo critica. Para su cuarto informe, Omar Carrera solicitó al gobernador un video alusivo. Erróneamente Tello se negó.
ES CUANTO
En todas las legislaturas han habido diputados incómodos. Molestos y pedantes. En 1998 Ricardo Monreal los encontró en abundancia: Alma Ávila, Aurora Cervantes, Maribel Villalpando, Francisco González Ávila, Rafael Candelas y otros del PRI; Arturo Ramírez Bucio y Leonel Cordero del PAN y Reginaldo Sandoval del PT. No lo podían ver ni en pintura. Poco después, muchos de ellos estaban en el equipo político de Monreal. Amalia García lidió con Elías Barajas de Movimiento Ciudadano; Carlos Alvarado Campa, Raúl Rodríguez Santoyo, Marco Vinicio Flores Chávez, Leodegario Varela y otros priistas muy duros. Pero la política se hizo para hablar y negociar. Miguel Alonso encontró a Juan Mendoza, que hasta lo denunció penalmente; Geovanna Bañuelos, Gerardo Romo, Luz Domínguez y Osvaldo Contreras, entre otros. Alonso hizo muchos entripados por lo que le gritaban en tribuna sus malquerientes. Pero siempre supo que no hay borracho que coma lumbre.