Por Guillermo Robles Ramírez
Hoy en el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora o simplemente Día de la Mujer Trabajadora al que personalmente considero erróneamente que se cambie su significado, así como su lucha ya que con el pasar del tiempo ha sido secuestrado por grupos de feministas y travestis.
La omisión de la palabra trabajadora a su concepto original a conmemorar, es decir, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, no debería de cambiarse o eliminar una palabra tan importante a su nacimiento para recordar el día de hoy. Aunque así se institucionalizó por la Naciones Unidas en 1975, sin embargo, debido a la lucha original siempre fue encaminada a la igualdad derechos laborales y sociales como lo es el derecho de votar.
La historia lo dice que en sus primeros pasos en la búsqueda de esta igualdad también participaron muchísimos hombres que se unieron a su causa como sucedió en 1971 cuando los trabajadores de la metalúrgica de Rusia se unieron a la protesta de las mujeres. Así como este ejemplo hubo otras más participaciones de hombres en diferentes partes del mundo unidos por la misma causa, es decir, la igualdad de género laboral y derechos ciudadanos a los que anteriormente las mujeres no se les consideraba y al día de hoy sí.
Bien dicen que la unión hace la fuerza y resulta lamentable como esta lucha se ha perdido con el pasar del tiempo, o secuestrado por las nuevas protestas o mitin que hacen las mujeres en marco al Día Internacional de la Mujer.
Estas marchas, mítines o maneras de manifestarse las mujeres para conmemorar el 8 de marzo se han convertido en un colectivo de misandria. No se hace nada alusivo al nacimiento del Día Internacional de la Mujer o Día Internacional de la Mujer Trabajadora; sino solo vemos un montón de marchas para promover la misandria en donde solo se hace saber lo malo, degradado, y repugnante que son los hombres o cualquier persona que pertenezca a ese género.
Las manifestaciones públicas referente a un día como hoy está muy remota a sus raíces por el cual se debe de recordar el Día Internacional de la Mujer, teniendo sus orígenes en la marcha de 1908 en la ciudad de Nueva York con la participación de 15 mil mujeres exigiendo jornadas laborales más cortas, mejores salarios, y el derecho de voto. Fue el Partido Socialista de América quien declaró el primer Día Nacional de la Mujer. Y el hacerlo de manera internacional surgió de Clara Zetkin, en 1910 en la Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras en Copehague.
No es una celebración alegre, pero tampoco para estar de luto; sino es para honrar el esfuerzo de millones de mujeres y hombres que han luchado para lograr la igualdad dentro de una sociedad, la justicia, la equidad, reconocimiento laboral, y desarrollo, pero no solamente dentro del área empresarial o industrial, sino también en la menos reconocida que es la doméstica.
Esta ha sido una las grandes luchas que ha tenido el ser humano, es decir, la igualdad de género.
La mujer ha tenido un gran recorrido a lo largo de su camino desde la falta de oportunidades de trabajo, la discriminación y soportar durante siglos el calificativo como el “sexo débil”.
Pero gracias a las luchas de millones de mujeres enfrentadas alrededor del mundo, se fueron abriendo caminos, como el derecho de recibir una educación, el acceso a los libros y el único beneficio que dejaron las Guerras Mundiales, fue la oportunidad para entrar al mundo laboral.
En la actualidad el mundo de la mujer se ha ganado con pulso un lugar muy importante en todos los ámbitos y reconocimiento en los diversos rubros e inclusive empiezan a ganar terreno las amas de casa que para algunos retrógradas no lo consideran como un trabajo, cuando realmente no saben que hacen el trabajo de muchos profesionales, pues es la gerente general de las finanzas del hogar, la enfermera, cocinera, niñera, chofer, profesora, y hasta decoradora de interiores; y como si no fuera suficiente; la peor pagada no solo económicamente sino como un ser humano al que nunca se le reconoce su labor pasando desapercibida su labor.
En pleno siglo XXI aquellos quienes consideraban como el sexo débil a las mujeres, no solo han demostrado una lección de aprendizaje a los hombres por no haber confiado en ellas hace años atrás.
Ahora son también fuente de inspiración y reconocimiento profesional, logrando sustituir plazas que antes eran vistas exclusivas para el hombre, existiendo ahora una libre competitividad en las labores especializadas en el mundo empresarial y político.
Ha sido una lucha silenciosa, en donde muchas de ellas perdieron la vida peleando con la convicción de tener la misma capacidad o más que la de un hombre para poder desempeñar un trabajo, pero de esa misma manera ya se conservó el secreto de esos fallecimientos y abusos de una sociedad en donde el sector laboral predominaba la de los hombres.
Es una pena que muchas mujeres jóvenes en el país, desconozcan el motivo e importancia, pues todas aquellas que se encuentran actualmente tienen un quehacer en la cual son remuneradas con el pago de un salario o perciben algún ingreso, son el resultado de mujeres valientes que décadas atrás llegaron a agruparse con apoyo de un sindicato para exigir igualdad de salarios y jornadas. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México)