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Simón Vargas, el lagunero que amenaza con sed de venganza

POR ILDEFONSO PEREYRA

 

Simón Vargas Aguilar, secretario de Gobierno del estado de Hidalgo, viene amenazante y con sed de venganza.
Resulta que actores políticos de diversos partidos son llamados a la lúgubre oficina del coahuilense sólo para recibir amenazas como perder sus privilegios, plazas propias o de sus familiares, abrirles sus cuentas públicas con sendas auditorías si tienen algún tipo de comunicación con Carolina Viggiano Austria, secretaria general del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La advertencia sube de tono cuando Vargas Aguilar expresa en su oficina a los invitados que a Viggiano Austria le tienen intervenido sus teléfonos y una vigilancia permanente, por lo que cualquier tipo de comunicación que ellos establezcan será interceptada.
Y la amenaza es tajante cuando les dice: “Ya ven lo que le pasó a Raúl Camacho Baños y a su familia, así que no se expongan”.
Cabe señalar que a nivel nacional Simón Vargas es conocido por su gusto por el espionaje y dispuesto a sembrarles pruebas a sus enemigos políticos, como armas, drogas, etc.
Ante las amenazas del político lagunero, los personajes que abandonan su oficina salen asustados e intrigados por el odio que el coahuilense le tiene a la ex primera dama del estado de Coahuila.
Sus argumentos de espionaje los utiliza también para amedrentar a periodistas, a quienes busca someterlos sin éxito.

 

OMAR FAYAD NADA SABE DE LAS AMENAZAS

Algunos personajes cercanos al gobernador Omar Fayad Meneses aseguran que su jefe nada tiene que ver de esas amenazas.
Incluso afirman que ni siquiera está enterado, que más bien es un tema personal de Simón Vargas que Israel Félix Soto y Eduardo Osorio Chong lo aprovechan muy bien en la mesa que conforman junto a Jorge Félix, padre del alcalde Félix Soto.
No olvidar que el padre de Israel Félix es empresario de giros negros en la zona metropolitana que conforman Pachuca y Mineral de la Reforma.

 

 

 

EL ORIGEN DEL ODIO DE VARGAS

Y como en la política nada es casual, pues todo tiene una explicación.
Resulta que el septuagenario Simón Vargas soñó toda su vida con ser presidente municipal de su natal Torreón.
Para lograr su objetivo, siempre presumía de tener cercanía con la maestra Elba Esther Gordillo Morales y por más que la profesora insistió a Humberto Moreira que dejara pasar a Vargas en un territorio dominado por el panismo duro, no lo pudo conseguir.
Después lo intentó con Rubén Moreira, quien finalmente se decidió por el hoy gobernador Miguel Ángel Riquelme.

Por eso cuando llegó Simón Vargas a Hidalgo para tomar posesión de la Secretaría de Gobierno juró cobrársela con Viggiano, quien siempre fue aliada de Riquelme.

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