por: SOCORRO VALDEZ
Se cierne sobre pasajeros que diario, suben y bajan, se transportan en ¡Metro!
Ya sucedió.
Los hizo sus víctimas. A veces, sólo fueron crisis nerviosa.
Otras, pequeñas conflagraciones, inhalación de humo, frenado intempestivo o retrasos.
También hubo, ¡colisiones! ¡Muerte! Y luto.
Destrucción total del Centro de Control de Mando.
Todo, preámbulo que advierte:
Hay ¡Riesgo! En el ¡Metro!
Sus trabajadores lo saben. Los usuarios de la ciudad y del Estado de México no lo ven, el peligro, es incierto y oculto.
Los de rango, lo omiten y sus decisiones provocan a la ¡Muerte!
La tientan, la azuzan y le coquetean con irresponsables actos, y negligentes instrucciones.
Cancelan totalmente y en otros casos, reducen a la mitad la compra de material y ¡Refacciones!
Son casi 50 contratos bianuales autorizados, que garantizan la seguridad del servicio a los casi cinco millones de usuarios del Metro.
Determinan priorizar “ahorro” en ese material y redireccionar el gasto, sin acciones para evitar ¡Muertes! O ¡¡Accidentes!!
La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum no acepta el ¡Peligro! Y confía:
“Se notará este año mejora en servicio y seguridad en el Metro”.
El oficio adjunto al artículo, del 22 de febrero con referencia 71000/DMMR/2021, de la dirección de Mantenimiento de Material Rodante, del STC, la ¡Desmiente!
Y le contradice:
“Se redireccionan los alcances programados para 2021” en el Sistema de Transporte Colectivo (STC)
¿Qué significa? Cancelan 47 contratos, con la “terminación anticipada, suspensión temporal y ajuste de los alcances, partidas y entregables ¡Adjudicados! (Autorizados) para el ejercicio 2021”.
Que significa, ¡extinguen! La compra de bienes ¡Indispensables! Para operar el Metro.
¿Qué pasó? ¿Cometieron error y deficiencias al elaborar el programa anual de adquisiciones y de operación del Metro, que los llevó a cancelar anticipadamente.
O de plano es negligencia e indolencia?
Condiciones que no tienen que ver con la pandemia ni con el arraigo domiciliario de trabajadores del STC.
Se trata, de mantenimiento necesario para el funcionamiento ¡Sin peligro! Del Metro.
Y ellos, justifican la cancelación de compra de material y refacciones por “la nueva normalidad” de resguardo domiciliario de los trabajadores de nueve talleres de mantenimiento mayor, sistemático, cíclico y rehabilitación”.
Mientras, las refacciones, que incluyen carbones para reducción de velocidad, alfiler de seguridad y bandas de fricción de bronce, entre otras, son garantía, no en verborrea, del buen funcionamiento en su circulación diaria de los trenes del Metro.
Documentos anexados al artículo, prueban y confirman que la prioridad por “acuerdos en la jefatura de gobierno”, es “controlar, mitigar y evitar, la propagación del virus en el Metro”.
Con ello, “evitan contagios”, ¡no accidentes!
Violan la ley, porque son adquisiciones que no se extingue ni cancelan arbitrariamente por una pandemia.
Ponen en peligro de ¡Choque! De y hasta de ¡muerte! A millones de usuarios.
¿Cómo evitar que esa ignorancia y errores en el concepto de ¡Prioritario! Ponga en riesgo.
Cómo entender un falso ahorro y negligente decisión, ante un peligro mayor?
Las denuncias se ciernen sobre quienes tuercen la ley y violentan derechos.
Porque, aunque puede terminar anticipadamente un contrato, esa decisión debe apegarse a requisitos.
Es decir, no sólo tener la opinión de Contraloría, justificar las causas, sino considerar no se afecte el servicio ni la seguridad e integridad de las personas.
Las empresas afectadas, empujan demandas, se protegen.
Y la ¡muerte! Está sobre los ¡Usuarios! El peligro es latente.
¡Nadie! detiene el ¡Riesgo!
Ni tres sindicatos ni demandas ni Contraloria ni una ¡Jefa de Gobierno!
La misma Suprema Corte de Justicia, advierte en diversas tesis sobre la terminación anticipada de contratos administrativos.
La directiva del Metro, “prioriza” millones de pesos, “ahorros” y omite una lista de refacciones y material necesario para evitar peligro.
Los del sistema cuidan de un contagio, de gasto presupuestal, ¿quién los protege a ellos, los usuarios de ¡Un accidente!?