Por: CARLOS ALBERTO GARCÍA
Promotor de la cultura director de teatro, actor, médico de profesión y humanista por convicción, Gerardo Moscoso Caamaño, amable sencillo y conocedor de diferentes temas, entre ellos la política europea, hizo escuela y dejó un gran legado, antes de partir la tarde del domingo, debido a diferentes complicaciones de salud que lo aquejaban.
Con una personalidad propia y desenvoltura, franca y sencilla, me concedió una entrevista 2019 para Latitud Megalópolis, sobre los conflictos suscitados por la independencia de Cataluña, ya que sus orígenes gallegos, además de su preparación lo hacían conocedor de la política de esa región.
Incursionó en el teatro a nivel nacional y fue un promotor incansable de la cultura, uno de sus reconocimientos más apreciados para él, fue el premio Xavier Villaurrutia.
Otra de las labores más loables, es la que realizaba con jóvenes que habían formado parte del crimen organizado, o estaban inmersos en las drogas, trabajaba con ellos y mediante la cultura, los encaminaba a tener una forma de vida diferente.
Gerardo Moscoso participó en diferentes producciones entre ellas: El crimen del padre Amaro, La Máscara del Zorro, Marcelino, Depositarios, Pata de gallo, De cuando el pescado murió de placer, Demasiado amor, Cuentos para solitarios, La otra conquista, Luces de la noche, All of them witches, El anzuelo, Sin remitente, La reina de la noche, Me voy a escapar, Cronos, Playa Azul, Cuentos de Borges, De la A a la Z, ¡Mátenme porque me muero!, Las Buenas costumbres, Días sin Luna, Redondo, José el soñador, entre otras películas y obras de teatro.
Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Compostela, incursionó profesionalmente como actor en 1977 y dos años más tarde, se desempeñó como productor y actor de cine y doblaje; en el teatro trabajó con directores como: Ludwick Margules, Raúl Quintanilla y Luis de Tavira.
Radicado en Torreón, fue subsecretario de Cultura del gobierno de Coahuila, además de dirigir la compañía de teatro “La Gaviota” y escribir la columna La Ventana Abierta, cuya publicación también era difundida en Latitud Megalópolis.
Moscoso Caamaño hijo de emigrantes gallegos, fue activista por los derechos de la comunidad LGBT y un gran promotor de la cultura, Descanse en Paz.