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La Voz Humana, de Pedro Almodóvar

Por Adolfo Nuñez J.

 

 

En los primeros meses de la pandemia, Pedro Almodóvar aprovechó el encierro para rodar un corto de media hora con Tilda Swinton como su protagonista. El resultado final de dicho proyecto sería La Voz Humana (2020), el primer filme del director en inglés, y que está basado, de manera muy libre, en el monólogo homónimo de Jean Cocteau. 

Dicho monólogo se ha vuelto referente dentro de la misma obra del realizador español, y ha tenido infinidad de adaptaciones en teatro y cine. Esta relación entre lo teatral y lo cinematográfico es uno de los aspectos esenciales en la versión de Almodóvar, quien opta por una puesta en escena austera y evidente en su artificio, no así en las emociones que desea representar. 

Con excepción de una escena inicial que toma lugar en una tienda (en donde la protagonista compra un hacha), la acción del filme se concentra en un decorado dentro de lo que parece ser un departamento. Dicho lugar es habitado por una mujer, interpretada por Swinton, cuya única compañía es un perro llamado Dash, junto a los objetos que adornan cada rincón del departamento como fantasmas de un pasado tormentoso. 

Ella espera, en ese lugar solitario, el reencuentro con quien fuera su pareja durante los últimos cuatro años. Esa despedida final, que es realizada por llamada telefónica, será la que provoque los sentimientos y conversaciones que conforman la historia que se encuentra dentro del monólogo de Cocteau. 

El resultado es una experiencia ingeniosa y por momentos fascinante, donde Almodóvar vierte las temáticas recurrentes y el sello habitual de su obra. Al igual que otras protagonistas dentro de la filmografía del español, la mujer interpretada por Swinton vive el dolor que provoca el ser amado, pero jamás cae en la sumisión. Así, director y actriz logran una estupenda e irresistible colaboración que orbita sobre el valor de la resiliencia humana y la búsqueda de la dignidad.

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