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YA LE TOCA AL PAN

Francisco Reynoso

 

*Priistas y perredistas no han sacado al buey de la barranca

*Se le poncharon las llantas a la NG para reordenar el transporte

*Tramposa promoción de la revocación de mandato del Caudillo

 

Verónica Alamillo lo dice sin titubeos: Ya le oca al PAN gobernar en Zacatecas. Y la candidata a la presidencia estatal de Acción Nacional no anda tan errada. Ahí están como ejemplo Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato, Nuevo León y Querétaro. Todos estos estados del centro norte de México tienen un elevado nivel de desarrollo y Zacatecas, en el centro del grupo, se destaca por la pobreza y subdesarrollo en el que lo sumieron gobiernos del PRI, PRD y ahora de Morena. En entrevista con Triple Erre que hoy podrá escucharse en Sonido Estrella a las 8 de la noche y el jueves, completa, en todas las plataformas de internet, la jerezana reconoce que el reto de llegar al poder en 2024 es enorme. Sin embargo, ofrece trabajar para lograr, primero, la unidad interna y después para construir propuestas en las que los zacatecanos, sin populismos ni paternalismos clientelares, sean protagonistas y beneficiarios.

 

CUAUTÉMOC CALDERÓN AGITÓ CORAZONES DEL PANISMO

El PAN, como los otros partidos de la oposición, está urgido de construir liderazgos. Si en el 2024, como dice Verónica Alamillo, ya le toca gobernar en Zacatecas, desde ahora debe perfilar hombres y mujeres, salidas de entre sus 3 mil militantes, con talento para enamorar a los electores. Lo más cerca que el PAN ha estado del poder fue en 2010. Cuauhtémoc Calderón, que estaba lejos de ser un panista puro, obtuvo alrededor de 130 mil votos. Lejos quedó de Miguel Alonso, pero logró agitar los corazones panistas. Después el partido se achicó. Y ahora, con Verónica Alamillo, busca salir de la mediocridad.

LA NUEVA GOBERNANZA CON  LAS LLANTAS PONCHADAS

Según parece, a la decisión de la nueva gobernanza de poner orden en el autotransporte urbano de pasajeros se le ponchó una llanta. O se desbieló. Todo arrancó con mucha enjundia. Después de la persecución de piratas y el secuestro de 23 vehículos que se amparaban con una calcomanía de RM-24 para dar servicio, David Monreal tuvo varias reuniones con camioneros, taxistas, concesionarios y choferes. Y para meter el acelerador a fondo y llegar pronto a la solución de los problemas, les pidió propuestas para la Subsecretaría del Transporte. Le presentaron 15 y ninguna  pasó. De buenas a primeras apareció Sugey Acuña al frente del despacho. Nadie sabe de dónde salió y cómo llegó. Y si es titular o encargada, porque Monreal no la presentó oficialmente. Lo que se sabe de ella es que era taxista. Fue la primera mujer a la que el es director de Tránsito, Agustín Ortiz, otorgó licencia para servicio público. Y que está en la lista de peticionarios de una concesión. El principal problema es que desde que llegó Sugey todo quedó paralizado, como en embotellamiento en el bulevar.

TRAMPOSA PROMOCIÓN DE LA REVOCACIÓN DE MANDARTO

Con el pecho henchido de orgullo lopezobradorista, Omar Carrera afirma que ya se tienen 2 millones de firmas para avalar el proceso de Revocación de Mandato. Y que la meta de Zacatecas, de 40 mil, pasa ya de 80 mil. Faltan 11 días para que termine el plazo y sólo se necesitan 700 mil firmas para que en abril los ciudadanos determinen en las urnas y si el Caudillo, por pérdida de confianza, debe dejar la presidencia de la República. Los expertos insisten en que todo esto es una pantomima. Y un chanchullo. Porque correspondía a ciudadanos impulsar el proceso, pero lo han hecho, subrepticiamente y con recursos públicos, dirigentes de Morena y adoradores del Caudillo, como Omar Carrera. Una encuesta de México Elige consigna que, de hacerse ahora la consulta, 69% votaría a favor de que el Caudillo siga en el timón de México. Empero, advierte que está claro que a la urnas mayoritariamente acudirán simpatizantes del Caudillo y militantes de Morena y de sus partidos aliados. Porque, además, la promoción ha sido tramposa. Le dicen a la gente que la cuestión es refrendar a López como presidente, no si debe irse porque los mexicanos ya no confían en él y en su cordura.

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