Francisco Reynoso

 

*El Caudillo lo premiaría como a los otros priistas bien portados

*Alan Murillo acusa a la nueva gobernanza de no buscar la unidad

*En el Centro Estatal de Conciliación boicotean a burócratas

Como me lo contaron se los cuento. Alejandro Tello Cristerna permanece en Los Ángeles, California, en espera de… ¡una embajada! Dicen los que dicen que están bien informados que el exgobernador de Zacatecas estaría en la lista de los priistas bien portados a los que el Caudillo premiará con un pirulí de grosella y una embajada o consulado. Hasta ahora el Caudillo ha sido generoso con los tricolores que entregaron el poder a cuadros de Morena. Hay quienes sostienen que hubo negociaciones y acuerdos previos para no oponer resistencia, pero nunca se sabrá la verdad verdadera. A Quirino Ordaz le tocó España -¿y vas a ver lo que es canela fina y armar la tremolina cuando llegues a Madrid!- a Claudia Pavlovich el consulado en Barcelona y a Carlos Miguel Aysa, paisano de Alito Moreno, la República Dominicana. Los tres entregaron el poder a cuadros de Morena muy cercanos al Caudillo: Rubén Rocha, Alfonso Durazo y Layda Sansores. ¿Qué embajada le gustaría a Tello? No puede ser la de Tombuctú. En todo caso preferiría el consulado en El Machucado. Porque debe recordarse que fue sobrino del ex secretario de Relaciones Exteriores, Manuel Tello Barraud. Y primo de Manuel Tello Macías, embajador de México en Reino Unido y Francia. Algo así, que huela bonito y de caché, espera Tello. Porque, quién dice que no, se portó bien.

 

Reproches de Alan Murillo a la nueva gobernanza; PRI deja solos a sus alcaldes

Con todas sus letras, el alcalde de Sombrerete, Alan Murillo reprochó al gobierno de David Monreal que no tenga la menor intención de procurar la unidad en Zacatecas. “Está muy lejos de ser una nueva gobernanza”, acusó el priista al rendir su informe de 100 días de gobierno municipal. Entre las fuerzas vivas del tricolor se preguntan por qué el partido deja solos a los alcaldes. En diciembre los dejaron sin anticipo de participaciones federales y con el niño atravesado. ¿Dónde se metió Enrique Flores, presidente estatal del PRI? ¿Dónde se metieron las diputadas federales y la bancada local? Algunos justifican que no brinquen ante los múltiples errores del nuevo gobierno que llevan al estado hacia el desastre. ¿Para qué ponerse con Sansón a las patadas?

 

Desaparecen líderes sindicales; un susto dejó lelo a Alejandro Rivera

Y en la burocracia se preguntan por sus líderes sindicales, otrora paladines de la justicia a quienes no les faltaban calzones para encarar y gritonear a Miguel Alonso o Alejandro Tello. ¿Dónde se metió Alejandro Rivera?, cuestionan. Se especula que el sustote que se llevó el 6 de enero lo tiene alelado. Y es que, según versiones que corren en los pasillos de la Fiscalía de Francisco Murillo, Rivera estaba de plantón con otros compañeros en la Plaza de Armas cuando llegó la Mazda gris con su macabro cargamento. Y atestiguaron perplejos las maniobras que hizo el chofer para acomodar el vehículo sin pegarle al árbol. Y cuando echó a correr para huir. Sea por lo que sea, ni Rivera ni el secretario del Sutsemop hacen nada para impedir los atropellos que se cometen en el Centro Estatal de Conciliación, a cargo de Aarón Hernán Félix Ángel, a quien vinculan con el diputado del PRI, Jehú Salaz, ex secretario de Gobierno.

 

Atropellan a trabajadores de confianza en el Centro Estatal de Conciliación

Cuentan en la burocracia que muchos de los despedidos por la nueva gobernanza de David Monreal tienen intención de promover juicios laborales. Pelearán porque se les liquide conforme a la ley, respetando sus muchos años de antigüedad. Pero para presentar la demanda ante el Tribunal de Justicia Laboral Burocrática -que depende de la Secretaría General de Gobierno- deben desahogar el trámite de la conciliación. Y en el Centro ese cuate Aarón Hernán batea a quienes no tenían base. A los de contrato, temporales y de otras categorías les dice que no acreditan su condición de burócratas y los manda a los tribunales de La Haya.

 

La verdad es la verdad y no admite otros datos

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