*La decisión para el relevo de Soralla Bañuelos vendrá del centro palomeado por AMLO
*El bloque opositor depende de pocas figuras para convencer a la gente de un cambio
Aunque aparentemente las aguas en la sección 34 del SNTE están en calma, en el fondo el choque de corrientes submarinas podría generar un tsunami. El relevo de Soralla Bañuelos en la secretaría general tendría que resolverse en breve, en cuestión de días. Los candidatos visibles hasta hoy son Jerónimo Sarmiento, integrante de la actual directiva a quien Soralla buscaría imponer como su sucesor; la maestra Navidad Rayas, coordinadora estatal de bibliotecas del gobierno de David Monreal y los profesores Rosendo Arturo González, Jacobo de Luna y Romualdo Ortiz.
La decisión, opinan los enterados, vendrá de la cúpula nacional del SNTE que preside Alfonso Cepeda. Antes sería palomeada por el Caudillo López. Y es que al presidente le interesa que la maquinaria magisterial, que ha sido su aliada, se mantenga bien aceitada en todo el país para lo que viene. Él o la elegida también deberá tener la bendición del gobernador David Monreal. Su apoyo sería definitivo para que la elección no termine en trifulca a sillazos, como en 2016 cuando Soralla Bañuelos se hizo del poder.
Corre en los corrillos magisteriales la versión de que el grupo de Soralla, al que están alineadas las diputadas locales del Panal, Susana Barragán y Elena Rodríguez, quiere venderle al gobernador la idea de que el SNTE, con fondos de ahorros multimillonarios, puede hacerle un préstamo cuando sienta que el agua le llega al cuello.
EL GRAN RETO DEL BLOQUE OPOSITOR
La fuerza político electoral de la 4T en Zacatecas, quedó claro el 10 de abril, no está en Morena. El partido está muerto. Mucho menos en el gobierno de David Monreal. En otros tiempos la operación política -el “mapacheo”, para ser precisos- se hacía básicamente en cuatro secretarías: Educación, Sedesol, Finanzas y Gobierno. Empero no hay punto de comparación entre las habilidades prestidigitadoras de Marco Vinicio Flores (qepd) o de Gema Mercado con las de Maribel Villalpando; las de Chema González o Roberto Luévano con las de Carlos Zúñiga que no sabe ni cómo llegar a Fresnillo; imposible comparar la marrullería de Memo Huizar o Jorge Miranda con la de Ricardo Olivares; y el dolo de Jehú Salaz con la ingenuidad de Gabriela Pinedo.
Así pues, en Zacatecas la fuerza político electoral de la 4T depende de la eficacia de las brigadas de los siervos de la nación que maneja la super delegada del Bienestar, Verónica Díaz. Y la verdad es que estos correcaminos son muy eficaces. Y están por todo el estado, estratégicamente ubicados. Habrá quien diga que en la consulta para la revocación de mandato fallaron. Pero hay evidencias de que premeditadamente operaron a medio gas. Y no se metieron donde no tenían que meterse. En 2024 será diferente. Mucho estará en juego. Irán por todo. Y más si, como se especula, Verónica estará en las boletas como candidata al Senado.
La pregunta del millón de pesos es ¿cómo convencerá el bloque opositor a la gente de volver a confiar en el PRI, PAN o PRD si el Caudillo, en cientos de mañaneras, los ha convertido en padres de la corrupción y culpables de todos los males que padece México? ¿Cómo lograr que acepte un cambio sin los argumentos económicos que manejan los siervos de la nación? Después de que en San Lázaro, PRI, PAN, PRD y MC doblegaron a Morena y sus compinches y al Caudillo López, en Zacatecas el bloque opositor anda alborotado. Algunos de sus cuadros ven muchas posibilidades de que en el 24 se ganen las senadurías de mayoría, diputaciones federales y la mayoría en el Congreso local. Lo que no definen aún cómo harán entender a la gente de que la 4T ha traído más pobreza, hambre, violencia y aumentos a la gasolina, gas y en todos los básicos.
El bloque depende , para darle vuelta a la tortilla política, de unos cuantos líderes bien posicionados y con credibilidad. Alan Murillo y Omar Téllez, alcaldes de Sombrerete y Pinos; Cuca Ávalos, David González y Gabriela Basurto, diputados locales, en el PRI. En el PAN Miguel Varela el Niño Azul y párele de contar. Y en el PRD Miguel Torres y los alcaldes de Rio Grande y Valparaíso, Mario Córdova y Eleuterio Ramos. Los partidos deben soltarlos ya. Con todo el apoyo y con todos los recursos posibles. El Caudillo no se anda con chiquitas y ya está en plena campaña. Aquellos tiempos de ortodoxia política y de respeto a los tiempos y a las formas son cosa del pasado. Que nadie venga con el cuento de que la ley es la ley. Al diablo las instituciones.
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