Río Grande, Zac.- Como en los viejos tiempos del México que secuestró el crimen y la inseguridad, payasos, magos y malabaristas desfilaron por las calles de Río Grande para anunciar a las familias, en especial a los niños, que habría fiesta de música, luz y alegría.
Tal como se estilaba cuando el circo llegaba a un pueblo y los artistas con sonrisa de colorete bailaban de una banqueta a otra, acompañados de perros saltarines, en Río Grande desfilaron por sus calles los magos y cómicos encargados de celebrar a los niños del municipio.
La fiesta se retrasó por la emergencia que vive el municipio. Pero el alcalde Mario Córdova no quiso que el Día del Niño pasara en blanco y la pipiolera no lo festejara.
Fueron 40 artistas los que desfilaron y posteriormente actuaron en una función organizada por el ayuntamiento y el DIF municipal.
Toda esta pipiolera congregada -diría el alcalde de militancia perredista- son semillas que producirán hombres y mujeres de bien en un Río Grande próspero y en paz.
