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TENEMOS UN GOBIERNO DE RISA

SOMBRERETE, Zac.- El alcalde Alan Murillo Murillo acusó al gobernador David Monreal de ir a escondidas al municipio para llevar apoyos a sus amigos del club de Toby.

Tenemos un gobierno de risa, expresó el priista en la ceremonia de honores a la bandera.

Los zacatecanos -abundó– necesitamos que el gobernador resuelva los problemas del estado, pero primero debe resolver los de su familia. Murillo se refirió a la versión de que uno de los hijos de Monreal participó en la golpiza que varios muchachos le dieron a uno que ni las manos metió.

Murillo Murillo exigió que la justicia actúe y se castigue a los responsables de tan artera agresión. Y el gobernador debe ser el más interesado en que se haga valer la ley.

Empero -lamentó el presidente municipal- tenemos un gobernador que cree que la moral es un árbol de moras. Ha sido y es el peor gobernador calificado de todo el país. Después de nueve meses no ha hecho nada, sólo repartir culpas.

Ante funcionarios del ayuntamiento y vecinos de la cabecera, Alan Murillo contó que el domingo pasado David Monreal estuvo en Sombrerete. Y como ha ocurrido en las cinco ocasiones anteriores, no le avisaron, ni lo invitaron.

Llega como a escondidas para ver a sus amigos del club de Toby.

Hizo énfasis en que cuando hay capacidad se trabaja en equipo, porque los verdaderos líderes no dividen.

Recordó Murillo que el principal compromiso de David Monreal, al llegar al poder, fue arreglar las carreteras. Y después de nueve meses no hay resultados. Lo peor -enfatizó– es que el gobierno quiere que en los municipios le hagamos su trabajo. Pero las leyes delimitan con precisión las responsabilidades y obligaciones de los gobiernos.

Y las carreteras estatales son competencia del gobierno estatal.

Y como en muchos ayuntamientos no aceptan hacer el trabajo del gobierno, se actúa con revanchismo.

Contó Murillo que acudió a la Secretaría de Obras para preguntar sobre los avances en algunos proyectos, Para entrar me trataron como delincuente. Nos quitaron los celulares. Y luego resultó que las obras públicas no las llevan en Obras Públicas, sino en Desarrollo Social.

Tenemos -reiteró Alan Murillo- un gobierno de risa.

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