Jorge Miranda urgido de dinero para mejorar servicios; debe perder el miedo a tomar decisiones
LAS DECISIONES de gobierno, de alto impacto social, requieren de dos cosas, principalmente: agallas y valor o, en su caso, respaldo mayoritario de los gobernados. La instalación de parquímetros en el Centro Histórico
necesita de ambas. Y de otra más: No tener miedo al costo político ni a las mentadas de madre. El ayuntamiento de Zacatecas que preside JORGE
MIRANDA anda urgido de billetes; el mes pasado se descompusieron varios camiones recolectores de basura y una docena de colonias padecieron.
Muchos espacios públicos y camellones necesitan urgentemente una barridita y la plantación de arbolitos. Varias calles de adoquín del Centro
Histórico lucen “chimuelas” y en las de pavimento otra vez han aparecido los baches. El cobro de estacionamiento en vía pública en el Centro
Histórico, claro está, en las calles donde está permitido, reportaría al ayuntamiento no menos de 25 millones de pesos mensuales. Y otro tanto de multas por ignorar al parquímetro.
REGAÑARON A CARLOS PEÑA
EL ALCALDE de Toluca, RAYMUNDO MARTÍNEZ CARBAJAL ha aguantado vara con la instalación de parquímetros y ahora la aguanta con el cobro de
multas a los que se quieren pasar de vivos. En el primer semestre del año recaudó multas por 10 millones de pesos. Ante los reclamos su principal
defensa son los ciudadanos contentos con la mejoría cualitativa de los servicios. En Zacatecas, CARLOS PEÑA anunció la instalación de parquímetros en las principales calles del Centro Histórico. Vino una
empresa para hacer el estudio de factibilidad, pero al alcalde del PRI le dio frío y archivó el proyecto porque, además, lo regañó el gobernador MIGUEL ALONSO. Las calles del Centro Histórico de Zacatecas son un
estacionamiento gigantesco. Desde las 6 de la mañana se llenan, incluyendo donde está prohibido el estacionamiento de automóviles. ¿JORGE MIRANDA necesita dinero? Pues que no sólo lo cante como
PEDRO INFANTE, que tome decisiones sin miedo y con determinación. Los habitantes de la capital le agradecerán contar con servicio de limpia
eficiente y puntual, tener calles sin baches, camellones con árboles y pasto, espacios públicos limpios, más luminarias y más vigilancia policiaca. Todo
eso cuesta y si los parquímetros pueden contribuir, bienvenidos los parquímetros a Zacatecas.
LOS PANISTAS MEJOR CALIFICADOS
JORGE MIRANDA puede darse una vuelta por la Ciudad de México. Las alcaldías más limpias, seguras y con mejores servicios son Benito Juárez y
Miguel Hidalgo. En ambas son muy pocas las vías públicas donde no se cobra el estacionamiento. Y los vecinos están muy contentos. Esto se refleja en que SANTIAGO TABOADA y MAURICIO TABE son los alcaldes mejor calificados de la Ciudad de México. Las alcaldías más mugrosas, inseguras y oscuras son Iztapalapa, Iztacalco y Venustiano Carranza. Las
gobiernan los morenistas CLARA BRUGADA, ARMANDO QUINTERO y EVELYN PARRA quienes, eso sí, son buenos para los programas populistas y
demagogos. JORGE MIRANDA gobierna la capital de Zacatecas. La debe tener como taza de porcelana. Para ello no le debe tener miedo a la toma de decisiones de gobierno.
POLITIQUERÍA BARATA
POR QUÉ el gobernador DAVID MONREAL y su secretario de Gobierno ensucian con calumnias y acusaciones irresponsables las demandas de los trabajadores de la Fiscalía General de Justicia? “Personajes politiqueros los azuzan”, presupuso MONREAL al referirse al paro de actividades en la FGJEZ. Y REYES, muy al estilo de su patrón, que a su vez copia la ligereza insensata del CAUDILLO, jura que detrás del movimiento laboral hay “intereses oscuros” . Ninguno de estos egregios funcionarios se ha sentado con los inconformes para conocer sus peticiones y los argumentos que las
soportan. Hablar a la ligera si que es de politiqueros baratos.
DEJAN SOLO AL CARNAL CORCHOLATA
MARCELO EBRARD estuvo en Zacatecas. Pocos zacatecanos se enteraron. Y menos aún lo acompañaron en sus actos de proselitismo. La corcholata diplomática no tiene buenos operadores en Zacatecas. Y nadie de Morena pareció estar interesado en siquiera presentarse a saludarlo.