Crece la indignación entre el pueblo zacatecano ante un gobierno que, ni a chiste llega. Nuevamente un acto de violencia sin medida expone la incapacidad e ineficiencia del gobierno de David Monreal, no solo de actuar en momentos de crisis, sino, de prevenir el delito.
El lamentable asesinato de 6 jóvenes a manos de la delincuencia organizada, cuando supuestamente los índices delictivos estaban disminuyendo, es una cachetada en la cara, una burla, un golpe de mesa que deja en claro una cosa, en Zacatecas el crimen manda.
¿Dónde quedó el Zacatecas pacífico, el Zacatecas tranquilo que permitía a los jóvenes disfrutar de reuniones, fiestas sin preocuparse por regresar con vida a casa? ¿Se puede remediar la situación y volver a tener paz en nuestro estado?. Claro, y el primer gran paso sería dejar de ignorar lo evidente y buscar echar la culpa a otros podría ser un gran comienzo, pero para eso, hay que saber fajarse los pantalones y tener la frente en alto.