Se llama Rosario de Fátima Fernández, tiene 22 años y la imagen que la exhibe brutalmente violentada por policías estatales de Zacatecas, no lo dude, ha dado la vuelta al mundo.
Es lunes 11 de marzo en el México violento, terrible cuya existencia niega la doctora Sheinbaum y…
–¿Qué sientes cuando ves estos videos? –pregunta Azucena Uresti a Rosario de Fátima respecto de la represión de que fue víctima, como otras jóvenes, a manos de hombres y mujeres policías estatales, ocurrida el viernes 8M en Zacatecas, durante la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres.
Mujeres reprimidas, golpeadas, arrastradas como fardos por este cuerpo de jenízaros y jenízaras que incluso bloquearon ayuda a las víctimas. Despliegue de prepotencia frente a mujeres que iban armadas con el puño de la exigencia en alto, en demanda de respeto, de fin a los feminicidios, de…
–¡Déjenlas!, ¡déjenlas, son niñas! –se escucha la voz de una mujer que se pierde en la mar de la impotencia que se estrella frente a las y los policías que se ensañan con las chicas.
Pero…
–¿Qué sientes cuando ves estos videos? –preguntó Azucena a Rosario de Fátima, personaje indefenso que destacó, por el grado de violencia, en este episodio de represión.
–No, pues, mucha impotencia, mucha rabia –respondió Rosario de Fátima –. Quiero meterme y multiplicarme para jalarme y ayudarme; lo veo una y otra vez porque quiero ubicar a las personas que me hicieron eso.
Este, no, no se me dio siquiera como un permiso para bajarme mi playera, de levantarme, de irme por mi propio pie.
O sea, me da mucho coraje ver esas imágenes y ver que soy yo la de ese video y que fue solo hace tres días. Este, no lo puedo procesar todavía, la verdad.
–¿Tienen programada alguna protesta contra este señor (el gobernador), David Monreal; contra el secretario de Seguridad? Las trataron, ojalá con un poco de ese valor que mostraron con ustedes lo mostraran contra los criminales, pero se arredran, ahí se hacen para atrás. ¿Qué van a hacer ahora? –requirió Uresti en la entrevista telefónica.
–Pues, ayer domingo hubo una mini protesta en el mismo sitio donde sucedieron las cosas, en la explanada de la Plaza de Armas, este, muchas compañeras que también están indignadas y enojadas acudieron, se mostraron con un discurso diciéndoles que, obviamente, no es el modo, que no es el trato, que esto no se va a quedar así.
La gente está muy enojada. Y ayer estuvieron ahí; yo no, pues, obviamente, estoy mal físicamente. Y, pues, esto sí, si piensan que una se va a quedar callada y que se va a esconder, pues no, da más coraje la forma en la que te tratan, que no te respeten, que te humillen de esa manera –refiere Rosario de Fátima.
–¡¿Dónde estás, Monrealito? ¿Dónde estás?! Así coreaban de esa manera, ayer en Zacatecas para conocer la postura del gobernador que no se ha dado hasta ahora — recordó Azucena.
–Así es, no ha salido a dar nada de ninguna declaración ninguna disculpa, no ha hablado absolutamente del tema –secundó Rosario de Fátima.
–¿Vas a volver a participar el próximo año? –inquirió Azucena
–¡Claro! ¡Claro que sí! –resolvió Rosario–, como te comento: esto no me va a bajar, pienso ir otra vez a exigir mi derecho a la libre manifestación. Y pues, claro, con mucho cuidado, ¿verdad? Si veo a la policía pues no, ya no.
Y se entiende la cautela de Rosario de Fátima, víctima de ese México que el licenciado Andrés Manuel y la doctora Claudia dicen que no existe porque, aduce López Obrador, los mexicanos están felices, felices.
¡Ah!, pero, además, la doctora Sheinbaum se burla de quienes dicen que “México está terrible, terrible, terrible”. ¿A poco está terrible?, pregunta a sus simpatizantes, quienes corean el ¡no!, rotundo.
¿Podría ser diferente la respuesta de quienes van a esos mítines coloreados de guinda, atraídos y acarreados por la promesa de seguir beneficiándose de los programas clientelares?
¿México está terrible?
Y en los rumbos de Acapulco, en el estado de Guerrero que está sumido en una crisis de ingobernabilidad, donde amén del brutal control del crimen organizado, las policías, estatal y municipales, actúan libremente, corporaciones dueñas del estado carentes de coordinación y valor para cumplir con su deber y responsabilidad.
–¿Qué opina sobre la destitución de dos funcionarios, el secretario general de Gobierno (Ludwig Marcial Reynoso Núñez), el secretario de Seguridad Pública (Rolando Solano Rivera) y también la destitución de la fiscal General del Estado (Sandra Luz Valdovinos Salmerón)? —preguntaron a la mamá de Yanqui Kothan, el estudiante de la normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, ejecutado hace una semana por un policía estatal.
–Pues yo creo que está bien su destitución porque no pierden mucho, ellos pierden su trabajo. Yo perdí un hijo…
–¿Qué opina de esta destitución de los secretarios de Gobierno y de Seguridad del estado de Guerrero? –solicitan a Claudia Sheinbaum.
–Yo creo que está bien que hayan renunciado, pero además tiene que llegarse a las últimas consecuencias en este caso. Siempre hemos estado en contra de que se utilice la fuerza pública—responde mecánicamente la candidata presidencial de la continuidad o más de lo mismo de la 4T.
El lugar común carente de sensibilidad y solidaridad para con la señora que nada sabe de renuncias ni asuntos políticos. “Yo perdí un hijo”, resume su estado de ánimo y oculta su identidad porque, para que lo sepa Su Alteza Serenísima, ella como los estudiantes de Ayotzinapa no muestran el rostro porque, identificados, son presa fácil de la represión y el cobro de facturas que se paga con la vida.
Zacatecas y Guerrero se convulsionan en la ingobernabilidad que se niega desde el púlpito de la mañanera, en voz de la muñequita del pastel que se asume víctima del compló, versión que secunda la doctora Sheinbaum en la perversa idea de tejer la versión del golpe de estado que supuestamente urden la derecha y la autoridad electoral-
¿Y dónde anda la seguridad de los 20, 30, 40 puntos de preferencia del voto por arriba de Xóchitl Gálvez?
Así, en la pista de la mañanera, el protagonista de la telenovela “Culpable soy yo”, como cantaría El Puma, se queja:
“(…) Miren, me acaban de informar —esto es lo que quieren, ¿no?, saber— que los del INE ya volvieron otra vez a cepillarme, como se dice en el béisbol (…).
“Acaban de resolver en el INE que nos van a bajar una entrevista que nos hizo una periodista española de origen ruso, Inna”.
Presume, ¡y cómo no, Maléfica en el espejo mágico!:
“Es una buena entrevista que me hizo esta periodista Inna. Se ha visto mucho en México y se ha visto mucho en España. Y porque hablamos de lo que me pregunta y ahora resulta que quieren que la baje. Censura”.
Luego, con fondo de los Violines de Villa Fontana, se queja:
“Acaba de venir una marquesa, duquesa, condesa, española a hablar mal de mí y a ella no la censuran. La trajo el bloque conservador. Es de un partido de España, de estos franquistas que quedaron, que son muchos, porque falleció Franco, pero sigue el franquismo. Y vino a hablar mal de mí, y la trajeron con ese propósito, y pues a ella no la sancionan ni a quienes la trajeron”.
¿México terrible, terrible, terrible? La doctora Sheinbaum se burla de ese escenario y lo niega porque su México es otro y anda por todos lados vendiéndolo como espejitos y cuentas que son de oropel. Más de lo mismo y remasterizado, o copeteado diría Vicente Fox.
No os engañéis ni os hagáis. ¡Zaz, Drakko! Digo.
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