Por el tamaño de sus electorados derivados de su enorme población, 5 estados producen al menos un 38 por ciento de los sufragios en los procesos federales, especialmente para la Presidencia de la República, ellos son: Estado de México, Ciudad de México, Veracruz, Jalisco y Puebla.
Hoy en todos ellos existen hoy insalvables confrontaciones y disputas internas, así como fuertes cuestionamientos de corrupción entre sus candidatos que advierten que Morena no ganará prácticamente nada el 2 de junio.
Todos y cada uno presentan sus propias particularidades.
En el Estado de México, desde previa la designación de candidato a Gobernador, que finalmente benefició a Delfina Gómez, se da una fuerte inconformidad que ha derivado en una confrontación casi directa entre el senador Higinio Martínez, reconocido como el Jefe del Grupo Texcoco -algo así como una replica del Grupo Atlacomulco pero dentro de Morena-, y el presidente Andrés Manuel López Orador.
Cómo el senador sabe que pelearse con AMLO sería un suicidio político, sus misiles y descalificaciones las orienta hacia el gerente partidario del tabasqueño, contra Mario Delgado.
Resulta que el senador Martínez carga con un agrio e insalvable reclamo: que según él le correspondía ser el candidato y gobernador del Estado de México, luego de que hace 6 años se había dado ya la oportunidad a su pupila Delfina Gómez y había perdido frente a Alfredo dl Mazo.
Pero AMLO se obstinó, y dio el pase a Delfina quien desplazó a Higinio por segunda ocasión de esa oportunidad y ahora es ella la gobernadora.
Eso es algo que no le perdona el senador a AMLO. Y ahora se quiere desquitar… y lo puede hacer. Higinio Martínez sabe bien que puede provocar la derrota de Morena en el Estado de México. Puede hacer que no gane ahí ni Claudia Sheinbaum, ni los alcaldes previstos, ni los senadores ni los diputados, y los demás cargos en juego. Sí, provocar una super derrota de Morena y de AMLO. Para que vea lo que se siente, diría el clásico.
Un aviso de su enojo, lo lanzó el senador el pasado 20 de marzo cuando en una carta pública acusó a Mario Delgado de no reconocer liderazgos locales -o sea, el suyo- y de no abrir la puerta a candidaturas viables.
Ni AMLO ni Delgado lo pelaron. Ahora la ruptura de Morena en el Edomex es insalvable.
En la Ciudad de México cada día surge un nuevo indicio del hundimiento de Morena y sus candidato, especialmente de Clara Brugada quien no ha logrado diluir la percepción de que incluso opera en contra de Claudia Sheinbaum.
El desastre en el manejo de la Jefatura de Gobierno por parte de Martí Batres -todos los días hay algún paro en el Metro y luego le estalla la crisis del agua contaminada que hace recordar que él fue el autor de la Leche Betis, contaminada con excremento- ha derivado en que Sheinbaum ha dejado de hacer campaña en la CDMX ante los indicios de que le podrían estallar conflictos y manifestaciones de rechazo muy inconvenientes para su campaña.
En Veracruz, el estado considerado como el tercer aportador de votos presidenciales, vive hoy la crisis de la candidatura de Rocío Nahale, a quien todos los días le descubren una nueva gran propiedad que la tiene ya bajo el estigma de la corrupción.
Eso, y la pésima gubernatura de Cuitláhuac García, no dejan duda de la derrota anticipada de Morena en esa entidad.
En Jalisco, el cuarto estado en aportación de votos, la operación del gobernador Enrique Alfaro, rebelde de MC, en favor de Xóchitl Gálvez es ya inocultable a través de la campaña del “voto útil”.
Y en Puebla el exsenador Alejandro Armenta no termina de saldar sus querellas y reclamos con el gran perdedor, su primo Ignacio Mier y eso se nota en el ascenso paso a paso de Eduardo Rivera Pérez, el candidato de la alianza ‘Mejor rumbo para Puebla’, integrado por el PAN, PRI, PRD y PSI.
Total, que si en esos 5 estados que aportan casi el 38 por ciento de los votos presidenciales no ganará Morena, ni Claudia Sheinbaum, pues seguro que el beneficiario de esta circunstancia no será el patético y muy sonriente candidato de MC Jorge Álvarez M. sino la ingeniero Xóchitl Gálvez.
¿Eso la hará ganar su pase a Palacio? No lo sé. Pero de seguro que le ayudará a hacerlo.
TLAXCALA, LA DIFERENCIA
Con apenas un millón 45 mil posibles votantes, Tlaxcala, uno de los estados del centro del país, se salva de estas disputas dentro de Morena y ahí la senadora morenista Ana Lilia Rivera, presidenta del Senado junto al exgobernador José Antonio Cruz Álvarez Lima, van como el ancestral personal del wiski el famoso Johnnie Walker absolutamente campantes hacia su reelección.
Ambos optaron por el viejo estilo de realizar caminatas por el estado de Tlaxcala, que se presta por ser uno de los más pequeños en extensión del país, en busca del voto de sus electores.
El pasado y muy conflictivo fin de semana la senadora prometió en el municipio de Altzayanca, a continuar sirviendo al estado de Tlaxcala como su representante en el Senado.
“Me mueve mi amor a México y un profundo amor y ternura por mi estado. Nunca un político de nuestro estado se ha sentido tan orgulloso de ser tlaxcalteca. Si ustedes me dan la oportunidad, no voy a fallar y voy a servirle a Tlaxcala hasta el último día de mi vida”, subrayó.
Indicó que su preparación y trabajo son garantía de lealtad al proyecto del Segundo Piso de la Cuarta Transformación.
Y recordó que además de ser la primera persona oriunda del estado en presidir el Senado, también ha sido la primera en representar un organismo internacional, al coordinar el Frente Parlamentario Contra el Hambre de América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Gracias a la confianza que le han dado las y los tlaxcaltecas, añadió, ha estado frente la tribuna del Senado de la República más de 200 veces, para defender los intereses de sus representados.
“Tengo experiencia, tengo capacidad y tal capacidad le he demostrado a mi pueblo, que es la primera vez en 200 años que un político tlaxcalteca es presidente de un Poder Federal”, reiteró.