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Se le complica -pero supera- a la 4T el parto de la Reforma al Poder Judicial

 

Con todos los indicadores a favor, el lopezobradorismo en el Senado sufrió ayer para aprobar su reforma al Poder Judicial.

El proceso final del trámite legislativo para aprobar esta reforma arrancó ayer temprano con la lectura del dictamen para cerrar esa sesión y convocar de inmediato a otra a fin de iniciar el debate que es requerimiento legal para ser finalmente votada.

Adán Augusto López -el amigo y representante directo del presidente Andrés Manuel López Obrador en el Senado-, coordinador de la fracción mayoritaria de Morena y líder de la alianza con PT y Verde que suma a 85 senadores de los 128 que integran la cámara alta, inició con la obvia suma de al menos uno o dos votos más de entre los opositores PAN, PRI y MC que suman los otros 43 legisladores.

Esa suma era necesaria para cumplir con el requisito Constitucional de las 2 terceras partes -de al menos tener 86 votos de legisladores- para aprobar una reforma constitucional como la del Poder Judicial.

La obtención de esos votos adicionales se confirmó en la apertura de la segunda sesión cuando Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, anunció la petición de licencia del senador panista veracruzano Miguel Yunes Márquez para ser sustituido de inmediato por su suplente, que es su padre Miguel Ángel Yunes Linares.

Desde días antes circuló una información de que eso pasaría: se dijo que Yunes Márquez se separaría para que su padre asumiera su escaño y pudiera así votar a favor de la Reforma del Poder Judicial de AMLO.

Chaquetazo le dicen en mi barrio. Traición, afirmaron ayer sus compañeros del PAN, el resto de los opositores y medios y ciudadanos de todo el mundo.

Con esta traición de los Yunes, AMLO y su 4T garantizan la desaparición del Estado de Derecho al anular a la Suprema Corte y al resto del sistema de tribunales y juzgados del sistema judicial mexicano y dar paso así a un régimen abiertamente autocrático al concentrar en el Presidente todos los poderes.

Para lograrlo, los oficialistas-populistas tuvieron que aguantar ayer la retórica del fuerte e irrebatible reclamo opositor en la tribuna del Senado, en la sesión transmitida en directo por TV y lleno de denuncias hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador, creador y promotor principal de esta Reforma a la que no pocos dentro y fuera de México consideran más como una venganza hacia quienes integran el tercer Poder de la Unión, que como la búsqueda de una democratización de la justicia.

A lo largo de su sexenio, de 2018 a este 2024, la suprema Corte y los jueces federales decretaron constantemente fallos en contra de acciones de gobierno y de obras de AMLO ganándose una constante diatriba y descalificación del mandatario desde sus mañaneras.

López Obrador nunca ocultó su aversión contra estos ministros y jueces a quienes recetó la denuncia de corruptos sin tener la menor prueba de ello.

Una a una sus grandes y alocadas e infundadas iniciativas fueron desechadas por el Poder Legislativo para consolidarse como un verdadero Tercer Poder.

Ayer, duros, llenos de ira, pero muy racionales, los cuestionamientos de los opositores en la tribuna -la intervención de la senadora sonorense Lilly Téllez podría ser el resumen de todos-, fueron subidos de inmediato a redes sociales y enviados al los grandes noticiarios de EU, Canadá y Europa para exhibir a un régimen que a 19 días de su salida provoca importantes  expresiones sociales, políticas y económicas de ingobernabilidad e inestabilidad económica.

Esta Iniciativa y sus posibles consecuencias de hundimiento de México en una copia de la Venezuela de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, inundó de marchas y movilizaciones de universitarios y otros segmentos de trabajadores, y de quienes forman parte del Poder Judicial para exigir pararla.

Ayer, al inicio de la parte final de la iniciativa de Reforma al Poder Judicial en el Senado, la última barrera para ser promulgada y aplicada en el país con, afirman los expertos y los analistas políticos, una grave consecuencia de daño a la democracia y al Estado de Derecho, el Senado fue invadido por contingentes de inconformes que protestaban a las afueras del recinto en reclamos de ser escuchados.

Y es que grandes segmentos de la población creen que imponer la selección de ministros, magistrados y jueces al voto popular, hoy sólo vigente en Bolivia y en ninguna otra nación en el mundo, abre la puerta al crimen organizado, al narco y a los intereses económicos y políticos para colocar a sus ministros, magistrados y jueces.

Pero sobre todo busca que el gobierno populista encabezado por Andrés Manuel López Obrador, que pronto pasará el poder a su heredera -él la lanzó, él la impulsó y él pagó y usó todos los programas de carácter social, basados en reparto de dinero vía bonos a adultos mayores, niños, estudiantes, etc, etc -, durante una larga e inédita campaña electoral de 3 años para que Claudia Sheinbaum recorriera todo el país y se posesionara a fin de garantizar la continuidad del proyecto de su creador.

Pese a todos estos tropiezos, el oficialismo encabezado por el senador tabasqueño Adán Augusto López caminaba la tarde noche de ayer hacia la aprobación de su reforma.

La estrategia fue no confrontar a los manifestantes e inconformes, ni responder a los señalamientos y reclamos de la oposición a fin de no abrir debates que pudieran alargar el proceso.

Una vez que los manifestantes invadieron la sede del Senado en Reforma e Insurgentes, el Pleno senatorial fue trasladado a la vieja sede de Xicoténcatl en el centro de la Ciudad de México.

Ahí continuaron con el proceso. La oposición PAN, PRI y PRD ya sólo con 41 de sus legisladores luego de la traición del panista veracruzano Miguel Yunes Márquez y la ausencia injustificada del senador campechano emecista Daniel Barreda, de quien se dijo aparecería en la bancada del Verde Ecologista, aliado de Morena.

Mal pues pinta hoy el destino de México. Si sirve de algo, este desastre se lo deberemos a AMLO, a sus sumisos 85 senadores de Morena, PT y Verde y a la traición de Miguel Yunes Márquez y su padre Miguel Ángel Yunes Linares, y a la muy posible defección del senador de MC el campechano Daniel Barreda.

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