Tienen razón los de la mayoría política cuando señalan que la oposición está moralmente derrotada.
Razones sobran para reconocer esa realidad y los propios partidos opositores lo dejan en claro, con su inacción y resignación.
Tres partidos de oposición hay, por lo pronto, sin visos de que los que buscan crear una nueva organización política sean más combativos que los actuales y pongan en riesgo la gran mayoría conformada por MORENA y sus aliados.
PAN, PRI y MC están enfrascados en sus conflictos internos y poca atención ponen en conformar una reestructuración de sus partidos, mediante nuevas estrategias que le sean atractivas a los millones de ciudadanos que no tienen partidos político.
La tarea no es sencilla y va desde la reestructura de sus cuadros dirigentes, su disminuida militancia e incluso la reforma de sus estatutos o documentos internos.
Y es que el medio de la política dejó de ser lo que antes era desde la administración pasada, donde se comprobó que las estrategias del pasado que funcionaron alguna vez, dejaron de ser atractivas.
MORENA montó otro panorama de la política atrayendo a los militantes de otros partidos que corrieron hacia las ofertas que les fueron hechas, sin detenerse a reflexionar.
El Movimiento de Regeneración Nacional cumple con sus ofrecimientos, sin importar que lo haga en detrimento de sus leales militantes.
Hasta el momento no se advierte de una fórmula que detenga los ímpetus y ambiciones de los saltimbanquis de la política y con sus limitantes nutren al nuevo partido mayoritario.
Lo peor de esto es que sus dirigentes se dedican a gozar de los privilegios del poder desde sus cargos de elección popular.
El PAN cambiará su dirigencia nacional, en unos días, para que asuma el electo Jorge Romero en sustitución de un alicaído Marko Cortés.
La contienda realizada por Acción Nacional dejó en claro que esos procesos no interesan, ni siquiera a su militancia.
Una gran abstención ocurrió y ganó el que ya todo mundo imaginaba, mientras que la derrotada Adriana Dávila aceptó que fue vencida, pero despotricó en contra de la fórmula y la forma en que se desarrolló el ejercicio democrático.
Los dados estuvieron cargados desde un inicio, por lo que aparte de Dávila nadie más se presentó a lo que consideraban un juego que hiciera parecer un triunfo arrollador y democrático su triunfo.
Un Jorge Romero conciliador no fue valorado por la Presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, la que acusó a Romero de ser el jefe del Cártel Inmobiliario. Lo conocimos muy bien en el gobierno capitalino, añadió y recordó un extracto del señalamiento que hizo el expresidente Felipe Calderón en su libro “Decisiones Difíciles” en donde señala al nuevo líder nacional del blanquiazul de presuntamente recibir ganancias de asociaciones de ambulantes y de haber infiltrado el padrón del partido en toda la Ciudad de México.
Bajo esta nueva dirigencia el augurio de Acción Nacional no es nada atractivo y desde ahora se advierte la posibilidad de que dos de las tres gubernaturas que detenta en la actualidad y que irán a las urnas en 2027 corren el riesgo de pasar a otras manos.
El PRI vive una situación difícil con las amenazas de que su dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, pueda ser sometido a juicio político y hasta desaforado. Para la fortuna de este partido en ninguno de los dos gobiernos estatales que encabeza habrá renovación de gobernadores.
Los tricolores están bajo constante amenaza de deserciones e intentan torpedear a su dirigencia, por parte de personajes que están a la espera de que alguna de sus impugnaciones funcione.
MC es simplemente indistinto, su mundo es de imaginación y fantasía. Se dicen la segunda fuerza política nacional y la realidad les llegó con una representación mínima en la Cámara de Diputados y el Senado de la República y con promocionales donde trata de revivir al alicaído Jorge Álvarez como una figura política nacional.
Pareciera que los partidos de oposición viven en un mundo distinto al que existe en México y su inacción hace ver que tampoco les importa que para el 2027 compitan con otras organizaciones políticas que les pueden arrebatar la presencia de la que hoy gozan.
Ese es un grave riesgo para la oposición actual, ya que hay noticias de que Xóchitl Gálvez fundará un partido, lo mismo que Guadalupe Acosta y la diputada federal de MORENA, Gaby Jiménez, sondea la misma posibilidad y Pedro Haces analiza una nueva intentona, entre otros.