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Impunidad por el 8M

 

El 12 de marzo de 2024 desde la Tribuna del Senado de la República, condené los actos de violencia cometidos contra las zacatecanas en el marco de la manifestación del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. No lo debemos olvidar. Zacatecas volvió a ser nota nacional. Elementos de seguridad pública del estado golpearon y vejaron a mujeres y niñas inocentes que se estaban demandando un alto a la violencia.

En solidaridad, me uní a la exigencia de miles de mujeres zacatecas quienes pedían la dimisión del secretario General de Gobierno, Ricardo Reyes Mugüerza y del secretario de Seguridad Pública, Arturo Medina Mayoral por los vergonzosos actos de negación al derecho de expresión y manifestación. Asimismo, exhorté a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), a llevar a cabo una investigación sobre los acontecimientos ocurridos.

Como consecuencia, la CNDH emitió la recomendación 272/2024 que sigue sin ser atendida. Aunque la autoridad afirma que está trabajando en programas de capacitación en temas de derechos humanos con perspectiva de género y manejo de manifestaciones pacíficas, aún no se visualizan acciones concretas. Hoy se sigue negando una disculpa institucional, responsabilidad de los hechos y se justifica lo ocurrido como una alteración del orden a la que había que responder.

Sin embargo, el Gobierno del Estado no ha colaborado con la inscripción al Registro Estatal de Víctimas de quienes resultaron violentadas, para la urgente reparación del daño a las víctimas y la garantía de no repetición. Tampoco se emitió la difusión de una circular en la que se conmine a los funcionarios públicos a evitar la difusión y tergiversación de las imágenes relacionadas con la protesta. La omisión de renombrar el Callejón de las Campanas para hacer referencia a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer persiste. El curso de sensibilización dirigido a la Policía Estatal Preventiva y la Policía de Seguridad Vial sigue sin implementarse. De la disculpa pública en la que se acepte la responsabilidad y la implementación de protocolos de actuación en el uso excesivo de la fuerza, mejor ni hablamos.

Desde la máxima tribuna he expresado: “Ser mujer es resistencia en un mundo machista. Ser mujer es libertad en una sociedad de opresión. Día a día vivimos los estragos de las violencias y de la estigmatización. Sin embargo, somos nosotras las que hemos construido la nación. Una sociedad no puede edificarse sin nosotras”.

Hoy, ya no solo estamos enclaustradas en casa, sino que somos el eje medular del Estado. Soñamos, replanteamos y revolucionamos la vida, aun cuando nos quieran silenciar o cosificar.