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Modernización judicial: administrar con técnica, juzgar con imparcialidad

Uno de los cambios más relevantes e innovadores de la reforma constitucional al Poder Judicial del Estado de Zacatecas es la separación entre la función jurisdiccional y la administrativa. Esta transformación no es sólo un ajuste organizacional, sino una apuesta por la eficacia, la especialización y la independencia real del quehacer judicial.

Hasta antes de la reforma, el Pleno del Tribunal Superior de Justicia concentraba funciones de naturaleza heterogénea: por un lado, la responsabilidad de impartir justicia mediante la resolución de controversias jurídicas y, por otro, la administración de recursos humanos, financieros y materiales. Esta dualidad implicaba una sobrecarga que restaba tiempo, atención y energía a lo esencial: resolver con imparcialidad y prontitud los asuntos que afectan la vida, libertad, patrimonio o derechos de las personas.

Hoy, gracias al nuevo diseño institucional, estas funciones se deslindan con claridad. La impartición de justicia recae exclusivamente en las y los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, quienes podrán concentrarse de lleno en su tarea jurisdiccional, libres de las tensiones y exigencias operativas que antes les restaban foco. A su vez, la función administrativa es asumida por un órgano especializado: el Órgano de Administración Judicial, conformado por perfiles técnicos que se encargarán de la gestión presupuestal, el desarrollo de la carrera judicial, el control interno, la transparencia institucional y la planificación estratégica.

Esta separación obedece no sólo a un principio de buena administración pública, sino a un modelo de justicia moderna en el que cada función se profesionaliza y se fortalece. El juez o magistrado no debe ser gestor de recursos, sino garante de derechos. El administrador, por su parte, no está llamado a interpretar la ley, sino a hacer eficiente el entorno en el que se aplica. Cada uno en su lugar, pero trabajando con coordinación, con rendición de cuentas y con objetivos comunes.

Al permitir que cada órgano cumpla su papel sin interferencias, la reforma da un paso firme hacia un Poder Judicial más transparente, más profesional, más ágil y más cercano a la ciudadanía. Zacatecas abre así un nuevo capítulo en la vida institucional del Estado, reafirmando que la justicia no sólo debe ser imparcial, sino también eficiente y bien organizada.

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