LA OPOSICIÓN se engalló, dio una batalla heroica, pero no pudo evitar que las bancadas oficialistas aprobaran la reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial que, con reservas del diputado Santos González, obliga a que cada chango se columpie de la reata que le corresponda.
Magistrados y jueces se concentrarán en impartir justicia, en atender los reclamos de los justiciables. El Tribunal de Disciplina Judicial se dedicará exclusivamente a vigilar que todo mundo en el Tribunal Superior de Justicia trabaje con apego a la ley, con honradez y ética. Y el órgano de administración tendrá a su cuidado el manejo correcto, honesto, escrupuloso y austero de los recursos económicos del Poder Judicial.
En las bancadas del PRI y PAN lamentaron que con esta reforma al Poder Judicial, en gran medida similar a la del Poder Judicial Federal, se condene al magistrado o magistrada presidenta en turno a permanecer en condición de “florero”.
El diputado González Huerta opina que la tarea fundamental de magistrados y jueces es impartir justicia, velar porque las leyes se apliquen y se apliquen bien. No les toca a ellos cuidar si se paga a tiempo el teléfono y la luz, como la Bartola de Chava Flores.