Cuando la esperanza se convirtió en gobierno
Por Santos González
El año 2018 marcó un antes y un después en la historia de México. No fue solo una elección presidencial; fue el momento en que millones de mexicanas y mexicanos expresaron en las urnas el deseo profundo de cambiar de rumbo. Tras décadas de políticas neoliberales que empobrecieron al país, la esperanza de millones se convirtió en un proyecto de nación: la Cuarta Transformación.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, no inició solo un nuevo gobierno. Inició un cambio de régimen. Por primera vez, el poder político dejó de estar subordinado al poder económico. Se acabaron las condonaciones millonarias de impuestos a los grandes intereses, se puso en marcha una política de austeridad republicana, y se comenzó a gobernar con los ojos puestos en el bienestar del pueblo.
La justicia social dejó de ser un ideal abstracto para convertirse en una política pública real. Las pensiones para adultos mayores pasaron de ser apoyo condicionado a un derecho constitucional. Las y los jóvenes encontraron oportunidades a través de becas, formación y programas de empleo. Los derechos laborales recuperaron terreno frente a los abusos del outsourcing y la simulación.
En Zacatecas, este proceso también encontró eco. En 2021, con la llegada del gobernador David Monreal, comenzó una nueva etapa para nuestro estado. Un gobierno comprometido con los principios de la transformación puso orden en las finanzas públicas, amplió los programas sociales y reconstruyó la relación entre gobierno y ciudadanía. Aún hay retos, pero el rumbo ha cambiado.
La Cuarta Transformación no es una consigna. Es un modelo de país basado en la honestidad, la justicia y la dignidad. Es una realidad en marcha. Hoy más que nunca, las y los legisladores de esta nueva generación tenemos el deber de honrar ese mandato popular con congruencia, cercanía y trabajo. Porque la esperanza no solo llegó al gobierno: llegó para quedarse y seguir transformando a México desde sus cimientos.