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LA REVISION DEL TRATADO DE EXTRADICIÓN

El 4 de mayo de 1978 José López Portillo y Jimmy Carter, presidentes de México y
Estados Unidos, firmaron el Tratado de Extradición entre ambos países, el Tratado
entró en vigor hasta 1980 y tiene como propósito que ambas naciones se
entreguen mutuamente a las personas respecto de las cuales las autoridades
competentes del país solicitante hayan iniciado un procedimiento penal, hayan
sido declaradas responsables de un delito o sean reclamadas para el
cumplimiento de una pena privativa de libertad impuesta judicialmente por un
delito cometido dentro de su territorio.
El Tratado contiene un amplio catálogo de delitos por los cuales procede la
extradición, que pruebas se necesitan y establece que la extradición se puede
negar si es para aplicar la pena de muerte.
Pero la extradición procede sin mayor problema si la persona reclamada es
originaria del país solicitante y tiene jurisdicción para juzgarla de acuerdo con sus
leyes. México no está obligado a extraditar mexicanos a Estados Unidos y
viceversa, pero los presidentes pueden autorizarlas a discreción.
El procedimiento para las extradiciones no es tan sencillo, es de acuerdo con las
leyes del país requerido, no con las leyes del país solicitante, sin embargo con
voluntad política se pueden agilizar. En casos de urgencia se pueden solicitar
detenciones provisionales de personas acusadas o sentenciadas y a partir de la
detención se tienen sesenta días para presentar la solicitud formal de extradición.
Pues desde entonces, hace 45 años, Estados Unidos ha extraditado a México a
miles de paisanos que tienen órdenes de aprehensión o sentencias dictadas por
jueces mexicanos y México ha extraditado a Estados Unidos a ciudadanos
norteamericanos que delinquieron en su país y huyeron a México; o bien a
mexicanos que allá cometieron algún delito y vinieron a esconderse en sus lugares
de origen.
¿Pero que procede con personas que han cometido delitos tanto allá como acá,
por ejemplo los narcos? pues la lógica nos dice que primero deben compurgar sus
penas en el lugar donde fueron detenidos y ya después extraditarlos para que
respondan por lo que allá hicieron.
Esto no ha sucedido así, los grandes narcotraficantes han sido detenidos en
México y en lugar de que aquí se les procese y aquí compurguen sus penas, no,
de inmediato se les envía a Estados Unidos para que allá sean procesados. Y es
que allá las penas son más severas y las cárceles son más seguras, para el

gobierno federal ha sido muy cómodo y conveniente aventarles la “papa caliente”
a los vecinos del norte.
Lamentablemente en fechas recientes las cosas han cambiado en la unión
americana, ahora se detiene en México a peligrosos delincuentes, se les extradita
y allá los liberan o les dan penas menores y múltiples beneficios a cambio de que
den información sobre sus organizaciones y sus cómplices.
¿Se vale que aquí despleguemos al Ejército, a la Marina, a la Guardia Nacional, a
las Fiscalías y a todas las corporaciones estatales para detener a malandros, que
en esos operativos haya infinidad de muertos y heridos y todo para que una vez
detenidos los extraditemos y allá los liberen? El viejo Tratado no dice nada al
respecto.
Como olvidar aquel 17 de octubre del 2019 cuando el ejército detuvo en Culiacán
a Ovidio Guzmán y después tuvo que liberarlo por los catorce ataques que
instrumentó y dejaron ocho muertos, entre ellos un civil, dieciséis heridos, ocho militares
tomados como rehenes, diecinueve bloqueos de calles, 68 vehículos militares baleados,
agresiones al cuartel militar de Culiacán y la sede del C4, así como la fuga de 51 presos
del penal de Aguaruto.
El 5 de enero del 2023, tras múltiples tiroteos y narcobloqueos, Ovidio fue recapturado y
ocho meses después extraditado; pues la semana pasada trascendió que ya negoció un
acuerdo judicial con el gobierno de Estados Unidos.
No se vale, si Trump insiste en revisar y actualizar el TEMEC, nosotros
deberíamos exigir que también se revise y actualice el Tratado Bilateral de
Extradición, ya estuvo bueno que acá les hagamos el trabajo sucio, que acá
pongamos los muertos para que allá terminen negociando con estos sujetos a los
que han catalogado como terroristas.

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