Por Santos González
El respaldo popular no es un cheque en blanco. Es una responsabilidad. Lo que el pueblo de México decidió en 2018 no fue solo elegir un gobierno distinto, sino trazar un nuevo modelo de país. Y siete años después, los resultados están a la vista: la Cuarta Transformación ha comenzado a consolidarse como un proyecto con rumbo, con convicciones y con raíces firmes en todo el país.
Por primera vez en décadas, el gobierno se puso del lado de la gente. Se separó el poder económico del poder político. Se acabaron las condonaciones millonarias de impuestos a los grandes intereses. Se combatió la corrupción con hechos, no con discursos. Y se construyó una política social universal que ya es derecho constitucional: pensiones, becas, apoyos directos, sin intermediarios y sin condicionamientos.
La transformación no se ha limitado a lo económico o a lo social. Se trata de una nueva manera de concebir al Estado: como garante de justicia, de bienestar y de soberanía. Se recuperó el salario mínimo, se defendió la soberanía energética, se invirtió en obras con sentido social. Todo esto sin endeudar al país ni aumentar impuestos, sino reasignando el gasto con responsabilidad.
Pero quizá el momento más poderoso de este proceso llegó en 2024, cuando el pueblo volvió a las urnas y eligió, de forma libre y contundente, a la primera mujer presidenta de México: Claudia Sheinbaum. Una mujer con trayectoria, visión y compromiso. Su triunfo no solo representa un avance histórico para las mujeres; también simboliza la continuidad de un proyecto que tiene hoy más legitimidad que nunca.
Desde Zacatecas, este proceso también nos compromete. La transformación no es una consigna lejana, sino una realidad que vivimos en nuestras comunidades. El gobierno de David Monreal ha avanzado en condiciones difíciles, con responsabilidad y visión. Desde el Poder Legislativo, nuestra tarea es acompañar ese esfuerzo, consolidarlo y hacerlo irreversible.
Hoy más que nunca, estamos llamados a estar a la altura del momento que vivimos. La transformación no se decreta: se construye. Con coherencia, con trabajo, y con respaldo del pueblo. Que así sea.