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EL FALLIDO DECÁLOGO DE MORENA

 

Por: Arturo Nahle García

Los principios o ejes centrales de Morena para transformar la vida pública del país,
están contenidos en un decálogo construido por López Obrador y que la
presidenta Claudia Sehinbaum retomó en su discurso de toma de posesión.
El primero fue, para que haya prosperidad compartida, “por el bien de todos,
primero los pobres”.
Siguió con el enunciado juarista de que “no puede haber gobierno rico con pueblo
pobre”, el gobierno no debe ser una carga para el pueblo, por eso no deben existir
lujos ni privilegios, en eso consiste la “austeridad república”.
Un tercer punto fue la honradez y honestidad en el servicio público; aseguró que la
autoridad moral se construye luchando a diario por la democracia, la justicia y la
libertad.
Un cuarto punto se refirió al modelo democrático “del pueblo para el pueblo”.
El quinto fue “prohibido prohibir”, garantizó la no represión y el respeto a las
libertades.
El sexto se refirió al fortalecimiento de las políticas de protección al medio
ambiente y el uso responsable de recursos no renovables.
Siguió con enunciados relativos a la igualdad para las mujeres. En cuanto a la
política exterior, aseguró que habrá coordinación más no subordinación; y
finalmente, condenó el machismo, el clasismo, el racismo y cualquier forma de
discriminación.
Pues el pasado 10 de abril Morena publicó un documento denominado “Decálogo
para las autoridades emanadas de ese partido” y nuevamente se decretó:
1. Las y los servidores públicos de Morena se deben al pueblo y deben ser
leales a él atendiendo sus reclamos en audiencias públicas semanales.
2. Austeridad republicana que incluye erradicar privilegios de las y los
funcionarios; ninguno ganará más que la presidenta de México.
3. Cuando exista duda, conflicto o alguna decisión difícil se debe consultar al
pueblo.
4. Se debe informar de manera periódica y con absoluta transparencia el
destino de los recursos públicos.
5. La corrupción no se tolera, debe evitarse y castigarse. No hay cabida al
nepotismo, amiguismo, influyentismo, sectarismo, ni a los aviadores.
6. En los equipos de gobierno debe haber el mismo número de hombres y
mujeres y darle oportunidad a las juventudes.

7. Los recursos públicos, la inversión en infraestructura y programas, deben
estar enfocadas en las y los que menos tienen.
8. Los servicios públicos se fortalecen y mejoran, no se privatizan.
9. En ningún caso la policía debe utilizarse para reprimir al pueblo y debe
haber una línea divisoria con el crimen organizado.
10. El poder se ejerce con humildad, no hay espacio para banalidades.
Todos sabemos que hay infinidad de autoridades emanadas de Morena que se
pasan por el arco del triunfo este decálogo, pero ¿el líder del Senado, ex
gobernador de Tabasco y ex secretario de gobernación? ¿El desagradable
presidente del Senado que paradójicamente es el que más presume humildad y
honestidad? ¿El líder de la Cámara de Diputados? ¿El secretario de educación
pública? ¿El hijo de López Obrador que a su vez es el número dos del Movimiento
de Regeneración Nacional? De Yunes ni para qué hablar.
Los nexos de Adán Augusto López con el cártel “La Barredora”, los viajes
internacionales de Noroña en primera clase, las vacaciones de Monreal en
España, las de Mario Delgado en Portugal y las de Andy en Japón en los hoteles y
restaurantes más caros no son cosa menor, son una traición a la máxima de “no
mentir, no robar y no traicionar”, son una traición a la presidenta y a Morena.
Si no hay consecuencias, si no hay sanción, el gobierno y su partido perderán la
poca autoridad política y moral que les queda; se morderán la lengua cuando
critiquen la corrupción y los excesos del pasado; cuando se ufanen diciendo que
“no somos iguales”, la respuesta automática será “son peores”.
Y nada de que sus lujos los pagan con recursos propios, eso no los exime, al
contrario, los delata, ¿de dónde tanto dinero si tienen décadas en el sector
público?
Coincido con Andrés Manuel cuando decía que “las escaleras se barren de arriba
hacia abajo”, pues es hora de empezar a barrer y desde arriba.

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