Por: Felipe Cabral (*)
LOS ÁNGELES, Cal. 7 de Agosto.- Si la anunciada reforma electoral no contempla una modificación al procedimiento actual con el que se eligen los candidatos a senadores sería un error.
Actualmente cuando gana un candidato, triunfan los dos contendientes al Senado del mismo partido automáticamente. Esto es bastante cómodo para algunos.
Al igual que también es muy placentero para el candidato a senador de la primera minoría que encabeza la dupla, porque él o ella resulta automáticamente elegible para ocupar un escaño en el Senado de la República sin importar si él obtuvo más o menos votos que su compañero o compañera de fórmula que se queda fuera de la repartición debido al método vigente con el que se elige al senador de la primera minoría.
La propuesta ideal y justa para todos los contendientes a la cámara alta, sería que cada partido político registrara a sus dos aspirantes y que los tres candidatos que obtengan el mayor número de votos en las urnas, sean quienes representen al estado en el Senado de la República, que bien pudieran ser hasta de tres diferentes partidos.
De igual manera, se escuchan los lamentos de que si en la avisada reforma electoral se eliminan a los plurinominales, se quedaría sin representación las minorías. Esta afirmación pudiera ser incorrecta porque con el sistema de elección actual las minorías no cuentan realmente con representación alguna en los parlamentos.
Los candidatos plurinominales o de lista por lo general son los dirigentes o miembros de un círculo los que ocupan esos asientos y no entran
a las cámaras a representar a la minoridad sino a personificar otros intereses.
(*) Ex diputado migrante del PRI y líder de Zacatecanos PRImero