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EL OCASO DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

En 1982 Hugo Chávez fundó en Venezuela un movimiento revolucionario clandestino, diez años después, en 1992, intentó dar un golpe de estado por el cual fue encarcelado dos años, ya libre en 1997 fundó el Partido Movimiento
Quinta República y al año siguiente ganó las elecciones presidenciales. En el 2000 fue reelecto, en el 2006 nuevamente fue reelecto y en el 2012, por cuarta ocasión, volvió a ser reelecto, sin embargo el cáncer interrumpió sus 14 años de mandato.

Chávez se describía a sí mismo como antiimperialista y marxista, centró sus políticas en implementar la llamada “Revolución Bolivariana”. Con los ingresos petroleros récord durante la década de 2000, nacionalizó industrias estratégicas e implementó una serie de programas sociales conocidos como “Misiones Bolivarianas” para ampliar el acceso de la población a la alimentación, la vivienda, la salud y la educación.

La calidad de vida aparentemente mejoró, pero al final de su presidencia la economía del país empezó a tambalear, la pobreza y​ la inflación se disparó,​ apareció la escasez e inició la crisis energética, sus críticos lo atribuyeron a las
equivocadas acciones económicas de su gobierno como el control de precios​ y el gasto excesivo e insostenible.
Venezuela también experimentó un aumento significativo de la criminalidad y la corrupción, retrocedió como democracia liberal al censurar e intimidar a la prensa, modificar leyes electorales y arrestar o exiliar a los críticos. Chávez fue acusado
de manejar la economía para objetivos personales, comprar lealtades de oficiales del Ejército, traficar drogas a través del Cartel de “Los Soles”,​ apoyar a terroristas​ y violar sistemáticamente los derechos humanos.

Chávez cuestionó severamente la política exterior de Estados Unidos, se alineó con el gobierno de la República Popular China, con el gobierno comunista de Cuba y otros gobiernos de izquierda como el de Bolivia, Ecuador, Uruguay, Brasil
y Nicaragua. A la muerte de Hugo Chávez lo sucedió el sindicalista Nicolás Maduro, quien durante el gobierno chavista fue Diputado, Ministro de Relaciones Exteriores, Vicepresidente y hasta fecha líder del Partido Socialista Unido de Venezuela. Desde su elección en el 2013, Maduro ha gobernado Venezuela por decreto durante la mayor parte del tiempo y el país ha enfrentado una grave crisis social, económica y política, aumento de la delincuencia, inflación, pobreza y
hambre.​

Las protestas en todo el país son permanentes provocando un descenso rápido y progresivo de su popularidad,​ la crisis se incrementó con la victoria de la oposición en las elecciones parlamentarias del 2015 y el inicio de un referéndum para revocarle el mandato, pero no hubo resultados porque Maduro concentra el control del Órgano Electoral, el Tribunal Supremo de Justicia y las Fuerzas Armadas.

En mayo del 2018 adelantó las elecciones presidenciales y se reeligió por seis años más; y es que los líderes opositores fueron encarcelados, exiliados o inhabilitados para participar, no hubo observadores internacionales y se amenazó
a los electores con perder sus trabajos o ayudas sociales si no votaban por él. La oposición venezolana, 51 países, la OEA, la Unión Europea y el Grupo de los 7 no reconocieron su reelección, afirmando que dichos comicios fueron ilegales y carecieron de las garantías mínimas para los procesos electorales.

Un informe de la OEA ha determinado que durante su gestión se han cometido crímenes de lesa humanidad, la ONU ha reportado más de diez mil ejecuciones extrajudiciales y prácticamente la cuarta parte de los venezolanos se han visto
obligados a salir del país.

El 26 de marzo de 2020 el Departamento de Justicia de Estados Unidos emitió una orden de captura contra Maduro con una recompensa de 15 millones de dólares por cargos relacionados con narcotráfico.

Pues Trump no solo incrementó la recompensa a 50 millones, sino que ya desplegó al Caribe buques militares con misiles, submarinos nucleares, aviones supersónicos y más de cuatro mil marines. Esto puede ser el ocaso de la
“Revolución Bolivariana”, invadir Venezuela para hacerle a Maduro lo mismo que hace 22 años le hicieron a Sadam Husein en Irak es muy tentador, no hay que olvidar que Venezuela es el país con la mayor reserva petrolera del mundo.

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