La toma de protesta de las y los nuevos magistrados, jueces y juezas del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Zacatecas, no es un acto más en la agenda pública; es un hecho que marca un antes y un después en la vida institucional de nuestra entidad. Se trata de un ejercicio inédito en la historia del país: por primera vez, quienes integran el Poder Judicial han sido electos a través del voto popular.
Este paso trasciende lo simbólico. El pueblo de Zacatecas depositó en estas mujeres y hombres la confianza de impartir justicia con cercanía, dinamismo y apego a los principios fundamentales del derecho. Ahora recae en ellos la enorme responsabilidad de demostrar que es posible un Poder Judicial con rostro humano, capaz de atender a la ciudadanía de manera directa y de consolidar un acceso a la justicia más rápido, más claro y más justo.
La justicia no puede ser un privilegio reservado a unos cuantos; debe ser un derecho garantizado para todas y todos. El reto del nuevo Poder Judicial es inmenso: responder al mandato popular con transparencia, eficiencia y sensibilidad. Ese será el verdadero parámetro para medir su éxito.
Desde el Congreso del Estado, y en particular desde el Grupo Parlamentario de Morena, acompañaremos este proceso con responsabilidad y visión de futuro. Nuestra tarea será seguir construyendo un andamiaje jurídico que permita fortalecer al Tribunal Superior de Justicia y a sus órganos internos, al tiempo que garantizamos que sus decisiones siempre estén alineadas con el interés social.
La Cuarta Transformación nos enseña que los cambios más profundos provienen de la voluntad del pueblo. Hoy, Zacatecas cuenta con un Poder Judicial emanado de esa voluntad soberana. No hay espacio para la indiferencia ni para la distancia con la sociedad. Hay, en cambio, una oportunidad histórica para dignificar la justicia y consolidar un sistema que, más que estructuras, represente principios: igualdad, honestidad y cercanía con la gente.
La transformación de Zacatecas también pasa por sus tribunales. Y estoy convencido de que este es apenas el inicio de un nuevo capítulo en nuestra historia democrática