Por: Arturo Nahle García
En la semana recién transcurrida ocurrieron hechos reprobables en los que estuvieron involucrados menores de edad; en Zacatecas un jovencito de la secundaria técnica número uno, utilizando la inteligencia artificial, creó un catálogo
de imágenes falsas donde aparecen completamente desnudas y en poses sexuales explícitas al menos 400 compañeras.
Los padres de familia interpusieron casi un centenar de denuncias ante la Fiscalía, tomaron el boulevard metropolitano y suspendieron clases reclamando al director el no haber actuado con oportunidad. El caso ha generado un debate de la mayor importancia sobre la necesidad de regular las redes sociales y, particularmente, la inteligencia artificial; al respecto
considero que dicha regulación es de extrema complejidad y necesariamente debe hacerse pero a nivel internacional.
El foro jurídico local también ha expresado la necesidad de tipificar estas conductas porque supuestamente el Código Penal de Zacatecas no las contempla; no coincido con esas voces, desde el año 2022 el artículo 183 de nuestro Código sanciona con tres y hasta siete años de prisión a quien reproduzca, publique, envíe o comercialice imágenes o la voz de un niño, niña o adolescente o de una persona que no tenga la capacidad para comprender el significado del hecho, sea en forma directa, informática, audiovisual, virtual o por cualquier otro medio, en las que se manifiesten actividades sexuales o eróticas, explícitas o no, “reales o simuladas”.
Otro hecho que ya no sorprende a nadie, es la toma de casetas de cobro en diversas carreteras del Estado por parte de los estudiantes de la escuela normal rural de Loreto; la impunidad generada por la inacción de nuestras autoridades alienta este tipo de conductas que evidentemente son delictivas y afectan a terceros, mientras no haya consecuencias los normalistas lo seguirán haciendo una y mil veces más.
Pero sin duda el hecho más grave fue la identificación del homicida del alcalde de Uruapan, resulta que el agresor de Carlos Manzo, sospechosamente abatido, resultó ser Víctor Manuel Ubaldo Vidales, de tan solo 17 años de edad; el adolescente tenía un historial de consumo de metanfetaminas y el arma que utilizó en el ataque fue relacionada con al menos dos enfrentamientos previos entre células delictivas.
El reclutamiento de menores de edad por parte de la delincuencia organizada obedece a muchas razones, una de ellas es que aunque cometan el peor de los delitos, cuando mucho estarán internados cinco años en los centros especiales que existen en cada entidad. Esta situación revive otro debate, el de la conveniencia de reducir la denominada edad penal, los que están a favor argumentan que actualmente cualquier jovencito de catorce o quince años de
edad sabe perfectamente lo que está bien y lo que está mal, lo que es legal y lo que es ilegal.
Hace poco más de diez años recorrí todas las preparatorias del Estado, públicas y privadas, hablé con más de cincuenta mil jóvenes zacatecanos sobre la evolución del fenómeno delictivo, sobre las consecuencias de la reprobación y la deserción escolar, del desempleo y la pobreza, de las adicciones y el consecuente involucramiento en actividades y grupos delictivos, también sobre la impunidad y la corrupción.
Desde entonces advertimos la necesidad de incorporar en las acciones preventivas no solo a las autoridades de todos los niveles de gobierno, sino también a los maestros, a las iglesias, a los medios de comunicación y, fundamentalmente, a los padres de familia; y es que los padres de familia nos hemos vuelto extremadamente permisivos, por no decir indolentes, la desintegración familiar y la crisis de valores explican en buena medida no solo los casos de esta semana sino en general todo el clima de violencia que azota al país y sus graves consecuencias políticas, económicas y sociales.
Al concluir mi recorrido por los 58 municipios llegué a la conclusión de que mis recomendaciones fueron tardías, el problema no se gesta en las preparatorias, se gesta en las secundarias y muchas veces desde la primaria.
Decía López Obrador y ahora Claudia Sheinbaum que lo procedente es combatir las causas, coincido con ellos, pero eso nos va a llevar dos o tres generaciones, mientras eso sucede creo que la única opción es fortalecer la prevención del delito desde el hogar y aplicar de manera irrestricta la ley; no más abrazos, tampoco balazos, simplemente aplicar con firmeza la ley a quien no respeta la ley, tenga la edad que tenga.

