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‘The Last Duel’, de Ridley Scott: en defensa de la verdad

Por Adolfo Nuñez J.

 

La acción inicia en la ciudad de París, durante el año 1836. En medio de un campo de lodo rodeado por cuatro muros con gradas, dos hombres están a punto de batirse en un duelo. Situación donde al final, solo uno de ellos saldrá con vida. Este dramático preludio es el punto de arranque de The Last Duel (2021), la más reciente película del director Ridley Scott. 

La cinta, que está inspirada en un evento real, narra la historia de Jean de Carrouges (Matt Damon), un caballero francés, quien para resolver sus problemas económicos decide casarse por conveniencia con Marguerite (Jodie Comer), una noble con propiedades y acceso a una dote.

En medio de todo se encuentra Jacques Le Gris (Adam Driver), quien años atrás fuera compañero de batallas de Carrouges, pero que por una serie de tensiones y diferencias se fue volviendo su rival con el paso del tiempo. Esta enemistad llega a su punto más alto cuando, al regresar de una batalla, Marguerite le informa a su esposo que, durante su ausencia, Le Gris entró a su hogar por la fuerza y abusó de ella. Este, por su parte, niega por completo la acusación, señalando que todo fue un amorío consensuado. 

Será esta la razón por la que ambos hombres tendrán que batirse en un duelo a muerte y dejar su destino en las manos de Dios. En caso de que el resultado final favorezca a Le Gris, Marguerite también será condenada por haber dado un testimonio falso. 

El guión escrito por Nicole Holofcener, Ben Affleck (quien tiene un papel secundario dentro de la cinta) y el propio Damon, divide el relato a partir de tres puntos de vista: el de Carrouges, el de Le Gris, y finalmente el de Marguerite. Así, la película se va debatiendo entre cada versión de la historia a través de diferentes perspectivas y declaraciones.

Esto hace de la cinta un ejercicio narrativo sumamente estimulante, donde por momentos se van mostrando las mismas escenas, pero con claras diferencias dependiendo de cada  versión y que son sutiles en algunas situaciones y bastante notorias en otras. En dicha estructura, la película evoca a Rashomon (1950) obra magna del legendario director Akira Kurosawa, ya que también es un relato sobre la búsqueda de la verdad en medio de diversos testimonios que se contradicen. 

En este juego de variaciones y repeticiones, Scott profundiza en temas de enorme urgencia como el machismo, la violencia de género, y la estrecha relación entre la iglesia y el estado, entre otros. Todas estas temáticas giran en torno a la misma cuestión: la sociedad patriarcal. 

Lejos de elaborar un simple manifiesto que vaya acorde a las tendencias del cine comercial moderno, el director construye un intenso relato que logra percibirse relevante y que mira hacia el pasado para reflexionar en los problemas del ahora. 

En ese sentido, destaca el trabajo de Jodie Comer, quien en su papel de Marguerite se vuelve el único remanente de dignidad humana dentro de un contexto donde impera la ignorancia y no existe ningún tipo de moral ni honor. 

De un trabajo técnico y narrativo notable, The Last Duel es un filme valioso y propositivo, que cuestiona las diferentes percepciones de una realidad dolorosa, pero donde la verdad irrefutable se defiende hasta el final.