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SVOD, SOBREOFERTA Y FATIGA

Lo hemos advertido bastantes veces: el mercado de streaming de video está sobresaturado y ya muestra sus primeros síntomas pronunciados de fatiga. Los servicios con acceso gratuito que obtienen su financiamiento de la publicidad como Canela TV, Pluto TV o Tubi están tomando un nuevo impulso a pesar de que carecen de las producciones originales de mayor impacto con que cuentan sus contrapartes de paga.

Para una familia común, pagar más de una suscripción mensual se vuelve cada vez más oneroso, considerando además que el mundo pasa por un periodo prolongado de alta inflación que obliga a priorizar mucho más los gastos.

El estudio más reciente sobre la situación del mercado en México retrata las posibilidades reales de la mayoría de los consumidores. De acuerdo con la firma especializada The Competitive Intelligence Unit (The CIU) se registraron 12 millones de suscriptores a OTTs de video, cifra que creció 13.8 por ciento en un año y significa, entre otras cosas, que la mitad de los 50 millones de internautas mexicanos tiene la posibilidad de ver esos contenidos. Nada mal, ¿no? Ahora revisemos los detalles, que son donde generalmente está el diablo.

Decíamos que la competencia entre las ofertas de SVOD (Subscription Video On Demand) está saturada y una de las formas de saberlo es que más de la mitad de los abonados mexicanos solo pueden pagar una membresía mensual y únicamente el 17 por ciento tienen para tres o más.

Como dato curioso, al menos por ahora la participación de esos servicios en el mercado mexicano mantiene más o menos las mismas proporciones. Veamos cómo se mueve en los próximos meses considerando que los más grandes y longevos han ido perdiendo simpatías y hay nuevos jugadores que traen otras estrategias.

Revisemos el panorama.

 

NETFLIX

Desde su inicio, el SVOD pionero había sido renuente a dos cosas: las transmisiones en vivo y la publicidad. Ahora, la primera está en veremos y la segunda a muy poco de ser un hecho dada la primera pérdida de suscriptores en su historia: 200 mil en el primer trimestre de 2022, además de los dos millones que se irán en los próximos meses de acuerdo con sus propias proyecciones.

En el conference call a propósito del primer reporte bursátil trimestral del año, el presidente y cofundador de Netflix, Reed Hastings, dijo que la compañía está “muy abierta a ofrecer precios aún más bajos con publicidad, como una opción al consumidor”. Sus estrategas ya tienen el esquema en análisis y “tratando de averiguarlo durante el próximo año o dos”.

No es tan descabellado. Los canales básicos de la televisión de paga suelen tener cortes comerciales para complementar sus ingresos. YouTube, si bien tiene una naturaleza distinta a la de Netflix, es por mucho el servicio de videos en internet más popular en el mundo porque su acceso es gratuito y financiado con publicidad, aunque también ofrece la alternativa de no tener que verla mediante una suscripción premium.

Esa opción se une a otras medidas que Netflix ha estado explorando desde hace tiempo. La más visible, el anuncio de que hará un cobro adicional a cada suscriptor que comparta su contraseña a partir del próximo año. ¿Qué mezquino? El problema es el volumen: la estimación es que además de los 222 millones de abonados, otros 100 millones de usuarios en hogares distintos tienen acceso a los contenidos sin pagar, gracias a la generosidad de familiares y amigos que no se ve reflejada en la facturación.

Con respecto a los eventos en vivo, el codirector ejecutivo y jefe de contenido, Ted Sarandos, dijo no estar seguro de que pudieran agregar suficiente valor agregado a su plataforma, aunque no se mostró tan indispuesto a dar su brazo a torcer: “No estoy diciendo que nunca transmitamos deportes, pero tendremos que ver un camino para hacer crecer un gran flujo de ingresos y un gran flujo de ganancias con él”.

Reed Hastings había dicho en septiembre pasado que “en Netflix hacemos entretenimiento, no periodismo” y por lo tanto “mantenemos nuestras manos fuera de los deportes en vivo”. En realidad, su punto de fondo es que le disgusta no tener control sobre las negociaciones de contratos de transmisión, que tienen mucho más que ver con un mercado bastante feroz y el mejor postor.

Sin embargo, resulta y resalta que la docuserie Drive to Survive le ha ganado nuevas audiencias a la Fórmula 1 particularmente en Estados Unidos donde esta temporada ya hasta suma dos grands prix, el de Miami además del habitual en Austin, y el año siguiente agregará un circuito callejero nocturno en Las Vegas.

El empuje de seguidores también benefició a Netflix que, por cierto, evitó de esa manera que el descalabro fuera mayor, así que la posibilidad de que busque incursionar en ese universo se vuelve cada vez más real. “Hace unos años se vendieron los derechos de la Fórmula 1. En ese momento no estábamos entre los postores, pero ahora definitivamente lo consideraríamos”, había dicho Hastings. ¿Será que en un futuro más o menos próximo veamos a los monoplazas disputarse la bandera a cuadros en esa pantalla?

 

DISNEY+ y STAR+

Desde antes de que a Netflix le diera el soponcio, Disney+ ya había anunciado el lanzamiento de Disney+ AVOD (Advertising Video On Demand) a un precio significativamente menor soportado con publicidad que estará disponible en Estados Unidos hacia el final de 2022 y en el resto de sus mercados durante el año siguiente.

La estrategia de negocios de Mickey Mouse y toda su corte de princesas, guerreros galácticos, superhéroes y demás especímenes, ha ido cambiando vertiginosamente y ajustándose en los meses recientes.

Al inicio del año cerró bastantes de sus canales de TV de paga: Disney XD, FXM, Nat Geo Kids, Nat Geo Wild y Star Life, con la idea de concentrar el grueso de sus contenidos en Disney+ y empujar a sus audiencias a suscribirse. Por supuesto, la medida incluyó terminar con todos los contratos posibles con televisoras externas, por lo que TV Azteca en México dejó de tener esas licencias luego de varios años de haberlas tenido en exclusiva para televisión abierta.

Otro programa que dejó de verse por TV Azteca es Los Simpson por la misma razón. El paquete de canales Star Premium cesó transmisiones al inicio de febrero, igualmente para presionar a sus seguidores a suscribirse a la plataforma Star+ donde también fueron alojados los contenidos más importantes de 20th Century Fox. Se espera que hacia el final del año tenga la misma suerte el canal básico Star Channel y muy posiblemente otras de sus señales hermanas como FX y Cinecanal.

El problema es que así como en México, en muchos otros lugares la gran mayoría de los consumidores no están dispuestos a pagar más de un SVOD, incluso por más que Disney+ y Star+ puedan obtenerse en paquete.

“Ampliar el acceso a Disney+ a un público más amplio a un precio más bajo es una victoria para todos: consumidores, anunciantes y nuestros creativos”, dijo Kareem Daniel, presidente de Disney Media and Entertainment Distribution, en un comunicado. “Más consumidores podrán acceder a nuestros increíbles contenidos. Los anunciantes podrán llegar a un público más amplio y nuestros narradores podrán compartir su increíble trabajo con más seguidores y familias”.

¿Tomará ese camino también Star+ en algún momento?

 

HBO MAX

Al inicio de abril, AT&T terminó de venderle WarnerMedia a Discovery, dando origen a Warner Bros. Discovery (WBD). Dato interesante, esta operación fue por 43 mil millones de dólares, mil millones menos que el desembolso de Elon Musk para quedarse con Twitter.

Contrario a la estrategia de Disney, el nuevo conglomerado mediático no contempla mantener dos plataformas separadas sino unir HBO Max y Discovery+, proceso que no será tan inmediato pero tampoco tan complicado considerando que fuera de Estados Unidos, Discovery+ no está todavía en muchos mercados, como el mexicano.

El cambio también sirvió para corregir el rumbo en otras áreas del negocio. El servicio de streaming noticioso CNN+, en Estados Unidos, anunció su cierre para el 30 de abril tras solo un mes de vida. Su oferta de contenido era: “una biblioteca de programación bajo pedido y entrevistas interactivas en un nuevo servicio de streaming por suscripción, disponible en una amplia variedad de dispositivos” que no incluía los canales de la cadena que se transmiten por TV de paga. Su costo había sido anunciado en 5.99 dólares al mes o 59.99 al año, pero durante el mes de lanzamiento se ofertó en promoción por 2.99. Apenas sí obtuvo algo más de 100 mil suscriptores de los que nada más unos 10 mil se conectaron diariamente.

Las críticas fueron duras. La de Vulture: “se ha gastado mucho dinero, las grandes estrellas están a bordo, pero es difícil averiguar qué se supone que es el servicio y por qué una gran cantidad de personas querrán pagar por él”. PC Magazine elogió su programación y la ausencia de publicidad pero reprobó la carencia de las señales en vivo y la imposibilidad de descargar contenido móvil. National Review calificó a la plataforma, de plano, como un vertedero de contenido que “no era lo suficientemente bueno para ejecutarse en CNN”.

Estas experiencias corroboran dos cosas: una es que esa fiebre de lanzar SVODs a diestra y siniestra no es tan buena idea. La otra, que no todo perfil temático es rentable en ese formato de negocio y menos si no tiene el soporte real y sólido de la marca que lo respalda.

 

TELEVISAUNIVISION

Luego del fracaso estruendoso de aquella reinvención de 2016 y de la plataforma Blim TV que nunca despegó por más que cambió múltiples veces su modelo de negocio, la estrategia más reciente de la empresa de televisión abierta más grande de México es fusionar su división de entretenimiento con la de Univision.

El anuncio se dio originalmente el 13 de abril de 2021 pero pasaron algunos meses hasta el 31 de enero de este año cuando terminó de concretarse luego de todas las autorizaciones necesarias de organismos reguladores aquí y en Estados Unidos. Hecho eso, la idea central del proyecto se materializó el 31 de marzo con el lanzamiento de ViX, un servicio de streaming con acceso gratuito, soportado financieramente con publicidad, que promete ser siempre así para tener alcance entre los 600 millones de personas que hablan español en el planeta.

A nivel de contenidos, esa versión de la plataforma es tratada como Televisa y Univision suelen tratar a los segmentos poblacionales masivos de escasos recursos. Tiene un par de canales de noticias, otros de deportes con contenidos sin gran impacto ni chiste y muchos más de entretenimiento igualmente choteado hasta el hartazgo. Por ejemplo, canales de una sola serie todo el tiempo como La Rosa de Guadalupe, Como Dice el Dicho o La Familia P.Luche, y otros con programación más vieja y sosa que la vespertina del canal de Las Estrellas.

Una siguiente etapa será ViX+, esa sí de paga, que tendrá las verdaderas apuestas originales de impacto con que TelevisaUnivision buscará competir en su nicho objetivo dentro del mercado internacional. A ver si esta vez sí es chicle y pega.

En medio de toda esa recomposición dentro de Televisa en México, su área de noticias lanzó el concepto N+ que consiste en un portal de noticias y app con los canales que tienen también en ViX (N+ y Foro), una videoteca con los noticieros recientes de Las Estrellas y videos cortos para verse on demand, agrupados en listas de reproducción por temas. Nada innovador, pero al menos no es de paga, que fue el primer clavo en el ataúd de CNN+ en su país a pesar de que tenía una oferta de contenidos mucho más original y robusta.

 

LA OCTAVA

Y ya que andamos en terrenos de las empresas mexicanas, el fracaso reciente más rotundo y estrepitoso en la televisión es La Octava. El canal 8.1 de TV abierta en el Valle de México inició transmisiones el 31 de octubre de 2019 con un concepto básicamente noticioso pero convertido en una especie de sacerdocio del culto a la llamada cuarta transformación. En los horarios entre noticieros y programas de análisis y debate, la programación también de cuarta, pero de cuarta categoría en cuanto a calidad audiovisual y de contenidos, nunca tuvo pies, cabeza ni sentido alguno.

Los graves problemas financieros de Grupo Radio Centro, propietario y operador del canal, acentuaron mucho más esa crisis reflejada en pantalla. La maniobra más reciente fue virar toda la programación a formatos únicamente de entretenimiento a partir del 1 de abril, pero los esfuerzos financieros, la creatividad y la calidad audiovisual siguen naufragando y queda claro que llegarán al fondo muy pronto a pesar de que el área de cobertura de La Octava se ha extendido significativamente mediante alianzas con concesionarios de otros canales locales en el país, particularmente Telsusa del polémico Remigio Ángel González, conocido como El Fantasma por su habilidad y obsesión por permanecer fuera del ojo público a pesar de su gran poder político y presencia en once países latinoamericanos.

De hecho, en los pasillos oscuros de los medios se rumora cada vez más insistentemente que Grupo Radio Centro ya está buscando comprador para La Octava, con lo que volvería a quedarse sin una estación de televisión como sucedió en 1972 con el entonces canal 13 que terminó en manos del gobierno dada la gran cantidad de adeudos ya impagables que tenía. ¿Terminará pasando lo mismo con el canal 8.1 o habrá una empresa que se anime a echárselo al hombro?

 

CAMBIOS Y MÁS CAMBIOS

La industria audiovisual y particularmente la distribución de contenidos continúa cambiando y reconfigurándose continuamente porque todavía no encuentra una forma que pueda considerarse cercanamente definitiva, con un modelo de negocios viable para inversionistas, productores y audiencias.

Hemos pasado de la difusión masiva al Direct to Home (DTH) y al Direct to Consumer (DTC); de la televisión lineal al Video on Demand (VOD); de la supremacía del acceso financiado por publicidad a la suscripción, al pago por evento y de regreso. Falta un rato bastante largo y muchos episodios más de ensayo y error antes de que el vértigo termine. En el camino habrá bastantes competidores caídos más y los vencedores no se irán limpios de muchos y fuertes golpes.