RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Relataba un político de antaño, de los de largo recorrido por el país y por los cargos públicos de elección popular, la forma en que se extinguió o dejó de ser noticia, el EZLN.
Treinta años después de su surgimiento como grupo revolucionario y después de fallidos intentos por parte del gobierno federal para negociar con ellos o, en su caso, exterminarlos, los zapatistas dejaron de ser visibles y la parte de Chiapas que se encontraba bajo su control, ahora pertenece a los cárteles de la delincuencia organizada, principalmente al de Sinaloa.
Cada vez es más notoria su presencia, así como la abulia y desidia del gobernador Rutilio Cruz Escandón por atender los brotes de violencia en las diferentes regiones del estado.
Los miembros de los Cárteles asoman la cabeza y muestran su armamento, sus vehículos, sus integrantes cada vez más numerosos y desfilan por poblaciones del estado, privilegiando a las de la franja fronteriza.
El dominio de los cárteles es tan grande que desplazaron a los integrantes del EZLN en las zonas que mantuvieron bajo control por más de 25 años.
Ahora son los cárteles los que aparecen en esas poblaciones y son recibidos entre vítores y aplausos de los habitantes de esos lugares.
Esa es una forma en que el gobierno federal ha mantenido a raya a los grupos de insurgencia o guerrilla, ya que el armamento y la fuerza bruta de los cárteles domina, además de Chiapas, la montaña de Guerrero, amplias zonas de Michoacán y su colindancia con el Estado de México, además de gran parte del norte de Tamaulipas.
Haciéndose de la vista gorda ante el embate de los grupos delincuenciales es como el gobierno federal mantiene a los grupos que eventualmente surgían y se auto llaman guerrilleros.
Ahora esos grupos actúan no solamente como catalizadores de la violencia, sino que también imponen autoridades, orientan el voto, cuentan con sus propios candidatos, además de comerciar con drogas, asesinar, extorsionar, secuestrar e imponer su ley, mediante métodos violentos.
Apenas el domingo, el diario Reforma publicó un mapa de la república mexicana en que detectó 74 de los 300 distritos electorales federales, donde pervive la violencia y los conflictos con vistas a los comicios del dos de junio.
Guanajuato, Guerrero, Chiapas, Tamaulipas y el Estado de México, son las entidades con mayor número de distritos en riesgo, pero en otros como Durango, Colima, Sinaloa y Morelos, con un menor número de distritos, se establece que, en ellos, cuando menos el 50 por ciento de ellos se encuentran con riesgo de violencia.
Hay antecedentes de que en 2018 y 2021 los asesinatos relacionados con candidatos o simples aspirantes a un cargo de elección popular rebasaron la media centena en cada uno de esos procesos.
Ahora el panorama es sumamente nebuloso, ya que los grupos delincuenciales alcanzan a dominar territorios más amplios, en tanto que las autoridades se mantienen absortas en otros temas que consideran, tal vez, de mayor importancia electoral.
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El próximo 18 de enero terminan las precampañas de los candidatos presidenciales, en los que el adalid de MC, Jorge Álvarez, tuvo tan sola una semana para alcanzar a Claudia Sheinbaum en las encuestas, ya que, para los naranjas, Xóchitl Gálvez no cuenta -dicen ellos-. Ahora continuarán las Intercampañas y el primero de marzo, después de una larga exposición de todos, comenzarán las campañas formales que desembocará el dos de junio en las urnas…Curioso resulta que los candidatos propuestos por el PRI al Senado de la República en 2018 por Yucatán ahora repitan, aunque ahora cobijados por MORENA. Verónica Camino y Jorge Carlos Ramírez fueron propuestos como primero y segundo en la fórmula, invirtiendo los lugares de hace seis años. En Sonora ocurrirá algo parecido, ya que Lilly Téllez que fue en primer lugar en la fórmula de Morena, repite, pero en el segundo de la alianza opositora, ya que Manlio Fabio Beltrones ocupará el primero.
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Ramón Zurita Sahagún
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