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México alza la voz por el bienestar global

Senadora Verónica Díaz Robles.
Por primera vez, una mujer Presidenta de México participa en la Cumbre de Líderes del G7, llevando la representación y la voz de nuestro país al escenario mundial.
La Presidenta de México, Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, no solo representó dignamente a la Nación, sino que propuso una ruta clara: una Cumbre Mundial por el Bienestar Económico, basada en el respeto, la cooperación y la justicia como cimientos de una paz duradera.
En la plenaria de la 51ª Cumbre de Líderes del G7, celebrada en Kananaskis, Alberta, Canadá, nuestra querida Presidenta propuso la participación de los países miembros del G7, las naciones invitadas a la cumbre de este año, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), así como otras naciones interesadas, con el objetivo de fortalecer una cooperación efectiva para el desarrollo y un comercio justo y recíproco, como base de una paz que el mundo entero anhela.
Y fue clara: todos los países deben tener la posibilidad de una vida con bienestar, y aunque parezca un sueño, es materialmente posible. Esto significaría avanzar hacia una comunidad internacional más equitativa, pacífica y sostenible.
El bienestar económico y la cooperación para el desarrollo son actos de responsabilidad compartida entre las naciones. En un mundo marcado por las interdependencias, ningún país puede aislarse ni prosperar a costa del sacrificio ajeno. Apostar por la cooperación es, en última instancia, apostar por un futuro común basado en la justicia.
La Presidenta de México colocó sobre la mesa una visión distinta, profundamente humanista. Recuperando el legado de Benito Juárez —quien afirmaba que “entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”—, nuestra Presidenta hizo un llamado firme y esperanzador: que el G7 no sea solo una reunión de potencias, sino un espacio de responsabilidad compartida.
La Cuarta Transformación ha demostrado que el bienestar es una meta alcanzable cuando el poder se ejerce con honestidad y con un profundo sentido de justicia social. Hoy, esa visión cruza fronteras. Lo que comenzó con programas sociales en comunidades rurales de México, hasta convertirse en verdaderos derechos constitucionales, hoy se propone como principio rector para un orden internacional más justo y equitativo.
Como Senadora de la República, celebro y respaldo esta visión que nos hermana con los pueblos del mundo. La cooperación entre naciones no es una opción: es una necesidad ética y estratégica. Ningún país puede prosperar solitario, y ningún pueblo debe hacerlo a costa del sacrificio de otros. Por eso, esta propuesta nos compromete a todas y todos.
Desde Zacatecas y desde el Senado, seguiremos trabajando por este ideal compartido: que la justicia social, el respeto a los derechos humanos y el bienestar común sean el nuevo lenguaje de la paz. Porque, como bien dijo nuestra Presidenta: el poder no se mide por lo que se tiene, sino por lo que se hace con él. Y México ha elegido hacer historia con dignidad, esperanza y transformación.

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