El pasado 19 de septiembre de 2018 escuché en una radiodifusora de Querétaro, la invitación que hacía el conductor de un programa noticioso, para que quienes hubieran presenciado el sismo de septiembre de 2017, llamaran a la estación para pasar al aire sus experiencias. Comentaré al respecto:
Lo Claro.- En lo personal, viví en carne propia el sismo de julio de 1957 (¿Alguien recuerda la caída de “el Ángel de la Independencia”, que se encuentra en la Avenida Reforma del entonces Distrito Federal?); sufrí también el de septiembre de 1985, quizá el más devastador con más de diez mil muertos, y finalmente observé el del mes de septiembre de 2017. El común denominador en estos movimientos telúricos, fue la solidaridad de vecinos y ciudadanos en general, compatriotas, que ayudaron en el rescate de personas de los edificios colapsados.
Lo Oscuro.- Desde la parsimonia, ineficacia y poca acción de Miguel de la Madrid Hurtado, a la sazón Presidente de México en 1985, el otro factor vivido en los terremotos ha sido la ineficiencia de las autoridades de los tres niveles de gobierno para resolver en calidad y tiempo, la reconstrucción de casas y edificios dañados y colapsados, no sólo en la Ciudad de México, sino en los Estados afectados: Michoacán, Guerrero, Morelos, Chiapas, Oaxaca, Puebla, Veracruz y la CDMX. Y que conste que no hemos mencionado la corrupción entre autoridades y propietarios de edificios (¿Recuerdan el Colegio Rébsamen y el famoso fideicomiso?).
Lo Claro.- El Poder Legislativo se ha ganado un aplauso ya que en ambas cámaras se aprobaron iniciativas para no sólo disminuir las dietas de los legisladores, sino también los gastos excesivos por seguros de gastos médicos mayores, asignación de automóviles, vales de gasolina, peluquería, gastos de restaurantes, guaruras y otros. Muy bien por estas acciones que cumplen parcialmente las promesas de campaña.
Lo Oscuro.- Por desgracia, estas medidas son parciales e hipócritamente ocultan otras, con lo cual nuevamente nos dan “atole con el dedo”, ya que solamente se aplicarán en los últimos meses del 2018, públicamente declarado por el líder de Morena en la cámara baja. Y no sólo eso, sino que nadie dijo nada respecto a reducir las asignaciones a los partidos políticos, vividores de
nuestros impuestos, así como tampoco se hizo nada para eliminar o reducir el “salario en lo oscurito”, o sea, las asignaciones para “apoyo legislativo”. ¿Eso, no es corrupción?
Lo Claro.- El Consejo Coordinador Empresarial se reunió con el futuro Secretario de Comunicaciones, el ahora morenista y joven Jiménez Spriú, para demostrarle con datos y hechos de profesionales como la Organización Civil Internacional, de la conveniencia de continuar con la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco y hacerle ver que en caso de suspenderlo, se tendría un costo en exceso de 120 mil millones de pesos, de los cuales 40 mil millones serían penalizaciones por incumplimiento de contratos, además de la inviabilidad de operar el de Santa Lucía, simultáneamente con el actual.
Lo Oscuro.- A Jiménez Spriú le entraron los argumentos por una oreja y le salieron por la otra. “AMLO dijo y así se hará” que el nuevo aeropuerto lo decidirá una “consulta pública”, por cierto, lo dicho fue ratificado por el mismo peje días después: “el pueblo es sabio, sí sabe y va a decidir”.
Lo Claro.- El Frente Nacional Petrolero quiere limpiar la imagen del Sindicato Petrolero y va contra Romero Deschamps, y los morenistas piden auditar sus bienes “bien habidos” así como sus ingresos, por decisión de los trabajadores sindicalizados. Un aplauso.
Lo Oscuro.- La bandera de Morena ha sido en contra de la corrupción. Con la aceptación de Elba Esther y su vuelta a la vida pública y con el nuevo, flamante y limpio senador Napoleón, se sostiene la falaz y retórica palabrería de ir con todo contra la corrupción e impunidad tan cacareadas por el súper mega líder.
¿Se le podrá poner el cascabel al gato?