Francisco Reynoso
*Ricardo Monreal sabe su cuento
*Una figura incómoda para el Ejército
*Feliz Navidad les desea Triple Erre
Hoy es Nochebuena. Y mañana Navidad. Se equivocan quienes piensan que Ricardo Monreal tendrá una (frase dicha)amarga navidad. Y es que nuevamente Richelieu anda de pleito con el Caudillo López. Ahora por la detención supuestamente ilícita, arbitraria, pitecantropusiana, diría Monris, de José Manuel del Río Virgen, secretario técnico del Senado, a manos de gorilas policiacos del gobernador de Veracruz, Cuauitláhuac García. Monreal sabe su cuento. Tiene claro el fresnillense que la era del pejecantropus está por terminar. Y que el pueblo sabio querrá mucho al Caudillo, pero no a muchos de la camarilla del eslabón perdido. Y que regresando López a su caverna, Morena tiene que cambiar. Y la 4T debe continuar, pero no a base de garrotazos ni de canibalismo. La rivalidad entre el Caudillo y Monris tiene mucho de fondo. Una de sus posibles causas se las cuento como me la cantaron. Pero antes, Triple Erre les desea a todos FELIZ NAVIDAD. En especial a Ricardo Monreal, el gran Chamuco.
CON EL EJÉRCITO… TODO
Puede que así sea. Tiene lógica la versión. Porque la 4T -bien lo ha dicho el senador Emilio Álvarez Icaza- está sustentada en la militarización del país. Lo que corre en lenguas en Morena es que a Ricardo Monreal no lo quieren los “sarchos”, como la prole llama a los soldados del Ejército. La élite de la Sedena lo considera, según algunos de sus “compañeros de lucha”, un político incómodo. Y por ese gesto de fuchi de los generales al Chamuco, el Caudillo lo deja fuera de su colección de corcholatas para el 2024. Mucha gente en Morena, aunque no lo diga abiertamente, reconoce que las concesiones del Caudillo al Ejército rebasan los límites de la conveniencia política. Parecería que el nuevo lema del Caudillo consigna: “Con el Ejército todo; sin los generales, nada”. Y Monreal no marcha con ese paso redoblado.
ESCUADRONES DE LA MUERTE
Una de las causas por las que la élite militar no ve bien a Monchis -cuentan sus “compañeros de lucha”- tiene que ver con las malas referencias que hace del Ejército en su libro “Escuadrones de la Muerte en México”. Al referirse a la guerra que Felipe Calderón le declaró al crimen organizado, Richelieu cita: “el gobierno federal optó por llevar a las calles, en pro de la seguridad, a la institución que supuestamente (sic) era la más honesta y encargada de la seguridad nacional: el Ejército”. Luego escribe que tal decisión sirvió para poner en duda el prestigio de los soldados. Cuenta más adelante que la aprehensión de operadores del narco y testigos protegidos llevaron, en mayor de 2012, a la detención de generales de alto mando del Ejército: Tomás Dauhare, Ricardo Escorcia, Roberto Dawe y Rubén Pérez, así como del mayor Iván Reyna, señalados por tener vínculos con Édgar Valdez “La Barbie” y Gerardo Álvarez “El Indio”.
EL PRESIDENTE LO SABÍA TODO
En el mismo capítulo, el Chamuco habla de un ex militar: Francisco Gallardo, quien fue perseguido en el propio Ejército por promover los derechos humanos entre la tropa. Expone que Gallardo, en una entrevista, declaró: “no es raro ni nuevo que se susciten pactos con carteles al interior de la institución (del Ejército)… es bien sabido que dentro de ella se dan estos nexos, y que igualmente se tiene conocimiento de quiénes dirigen los tratos”. Según Gallardo, “dada la importancia de los mandos (involucrados en negocios con carteles del narco), se deriva que el secretario de la Defensa Nacional estaba enterado, y con ello, el presidente de la República”. Tengan para que aprendan, diría el Caudillo.
MÉXICO ERA OTRO MÉXICO
Podrá decirse que el Chamuco Monreal escribió “Escuadrones de la Muerte en México” cuando México era otro México. De la imprenta el libro salió en 2013. Era el México del neoliberalismo. El México del PRI-AN. El México de la corrupción. En su texto, Monreal deja claro que el sexenio de Enrique Peña fue un paraíso de la corrupción y que figuras de todos los niveles del gobierno y de todos los gobiernos, se involucraron. Y advierte que el Ejército no pudo quedarse fuera. Tan no se quedó fuera que los gringos detuvieron e intentaron refundir en la cárcel al general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Peña Nieto. No son pocos los que piensan que Cienfuegos no corrió la misma suerte que el Chapo Guzmán -cadena perpetua- porque la 4T y el Caudillo lo salvaron. Lo rescataron del gobierno de Washington que accedió a entregarlo a condición de que en México le siguieran proceso judicial, cosa que no sucedió. Así pues, la interrogante ahora es si el Ejército ya se redimió. Si cambiaron las cosas, las personas y los apetitos sólo con la llegada de la 4T.
EN CONCLUSIÓN
El libro de Monreal despierta dudas. Quizá por ello a los generales no les haga mucha gracia que el fresnillense pudiera llegar a ser su comandante supremo.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos
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