En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se consagran varios DERECHOS que tienen los ciudadanos y los mexicanos en general. Ejemplos: el derecho a un trabajo, derecho a una vida digna, derecho a la educación, derecho de asociación, derecho a manifestarse, derecho al libre tránsito, :derecho a profesar cualquier religión, derecho a votar y ser votado (derecho u obligación, y que por cierto, ¿vieron el primer debate de los cinco candidatos a la Presidencia, del pasado domingo 22?), derecho a la libre expresión, derecho a…permítaseme regresar: “libre expresión”
Este derecho es fundamental y tan es así, que a veces nos extralimitamos en ese derecho. En lo personal, tanto en los periódicos en los que he colaborado, como en la radio donde participo en la actualidad, nunca, nadie, ha censurado mis opiniones; tampoco en Tripleerre de Francisco Reynoso se me ha “dado línea”. Por ello, tengo una fuerte preocupación cuando de las redes sociales se trata.
En México ya son millones de usuarios de estas redes. Recientemente vimos al propietario de Facebook comparecer ante comisiones de Estados Unidos, debido a fugas o robo de información de millones de sus usuarios. También es posible la creación de cuentas apócrifas que tienen diversos objetivos: desde luego uno de ellos es cobardemente mantenerse en anonimato. Se dijo que los “hackers” aprovecharon la red para influir en el proceso electoral en los Estados Unidos y que podrían hacerlo en el proceso electoral de nuestro país, que ya ha comenzado.
¿Y por qué la preocupación? Pues resulta que las redes se inundan con “fake news” o noticias falsas, de tal forma que ya no se sabe si una nota es cierta o falsa, pero que seguramente estará influyendo en el pensar del electorado o por lo menos de una parte.
Las noticias ficticias son un peligro, sobre todo para los electores que no conocen los intríngulis de la política; por ello, estarán sujetos a los vaivenes de la noticia. Hoy me voy con los rojos, mañana con una ideología contraria, luego con los verdes, luego con los azules y así sucesivamente.
Seguramente México, o sea el INE o la PGR no tienen herramientas para el control o eliminación de estas notas destructivas: pero entonces, ¿qué puede hacer el votante potencial para dar su voto con base en lo verdadero? No sé, alguien dirá que enterándose; o leyendo: o viendo programas televisivos confiables; pero no todos tendrán estas opciones o el tiempo, así que la duda continuará- ¿Por donde se inclinará la balanza política? Sigo preocupado.
¿Hasta cuándo sufrido México eliminaremos esta incertidumbre? ¿Quién será el que le ponga el cascabel al gato?