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¡Feliz Navidad! ¡Feliz Año Nuevo!

Temporada de contrastes: Te deseo felicidad; ¿cuántos sabremos porqué deseamos felicidad en Navidad?¡Ah, ya sé! Es porque un viejo gordo vestido de rojo trae juguetes a los niños y regalos variados a los adultos. Todos, nos reunimos a cenar (costumbre en México) y a libar (unos más, unos menos), hasta altas horas de la noche. Somos felices porque regalamos y nos regalan; al fin el aguinaldo va y viene.

Y viene el fin del año viejo y la llegada del nuevo, el recién nacido. Y ahora deseamos felicidad a los amados y a los no tanto: Que la cuesta de enero te sea leve, deberíamos desear; que el precio de la gasolina no se incremente; que el precio del gas no aumente; que el precio de la tortilla se mantenga; que puedas pagar tus impuestos para no ir a la cárcel; que el salario mínimo (que es una vacilada) se incremente; que disminuya la pobreza extrema; que los funcionarios públicos, los legisladores, los magistrados, los del INE, los gobernadores, etc, dejen de ser corruptos y que no se regalen millones en aguinaldos; que los presidentes municipales dejen de “coadyuvar” con el narcotráfico; que se eliminen los feminicidios; que arresten a los huachicoleros, que las pensiones sean dinámicas y no de hambre; que… el papel y la tinta no me alcanzan. En eso sí estoy de acuerdo en desear feliz año.

Que gane “mid”; no, que gane “el peje”; no, que gane “el pirruris”; no, mejor que gane el mejor, el que sacará al país de su caída desastrosa. Y “por vía de mientras”, los valores supremos que nos valgan un comino. Que los ateos sigan siendo más ateos; que los agnósticos sigan siendo mas agnósticos; que los cristianos (algunos) sigan yendo cada domingo a misa; que los terroristas sigan con las guerras fraticidas y religiosas. Total, ¿en quién podemos confiar para aliviar_nos?

¡Ah, también ya sé en quién confiar!: “Ninguno que puso su confianza en Él, nunca fue defraudado” Romanos 10; 11

Mi amado Jesús: ¿porqué no le pones el cascabel al gato?