Esta semana se dieron a conocer las denuncias contra médicos del Hospital General de Zacatecas por mala praxis, mal trato e incluso corrupción, y en el IMSS no cantan mal las rancheras.
En el Seguro Social, Insabi, Instituto Mexico-Danés de salud universal o como se le llame en estos tiempos tan extraños de la 4T, está repleto de personas dedicadas a hacerle la vida miserable a quien, de por sí, ya está pasando un mal rato por cuestiones de salud.
Tal es el caso del Dr. Romo Cantú, un traumatólogo que tiene ya en su expediente un par de quejas. Los usuarios denuncian que el Dr. es grosero, altanero y en general un tipo ruin con los pacientes que se cruzan en su camino. Desde dar incapacidades sin justificación, pedirle al paciente que “si no le gusta el diagnóstico se puede ir a un privado a checar”, hasta de plano correr a la gente del consultorio, este traumatólogo es un estuche de monerías.
Claro está, no se puede generalizar. En el IMSS también hay gente trabajadora y dedicada que busca lo mejor para los pacientes y hacer más ligera su visita al hospital. Es una lástima que tipos como Romo Cantú manchen el buen trabajo y la imagen del seguro social.
