EL CASCABEL DEL GATO: DE RISAS Y LÁGRIMAS

Raúl Carballeda

La carcajada del gato se produjo con la peregrina carta “privada” del peje, al rey de España. ¿Pero en qué cabeza cabe pedir una disculpa por la “conquista” de hace 500 años? La estupidez puede causar asombro, incredulidad, enojo, coraje y algunas veces, una tremenda carcajada. Bueno, “no hay más cera que la que arde” dirían los viejitos mis compañeros del rancho.

Los gatos también lloran y para llorar, el papelón del Partido Encuentro Social, que pretendió obtener en los tribunales lo que no obtuvo en las urnas: su registro. Creyeron tontamente que como tienen algo así como cuarenta diputados federales (gracias a la figura del folclórico), tendrían el derecho de que el Tribunal Federal Electoral aprobara la propuesta de uno de sus magistrados, que cobra por ser despistado. Pero “se la persignaron”, diría mi compadre del rancho de arriba. 

Otra tremebunda carcajada se originó cuando el tlatoani tabasqueño creyó que sería la figura principal, y lo fue, pero no aplaudida, en la inauguración del estadio de beisbol de los “Diablos Rojos” del México, en la ciudad del mismo nombre, al ser invitado por el dueño del equipo y del estadio, a inaugurarlo. Desde su salida al campo fue abucheado y silbado, silbidos que arreciaron cuando fue presentado e inició su discurso. Tuvo una salida idiota: “Hablaré poco porque está la porra del equipo fifí” ¿Ahora resulta que el beisbol es deporte de “fifís”? ¿Acaso no es el deporte favorito del máximo ególatra? ¿O sea, el jefe del Ejecutivo también es “fifí”? ¿Ya no es chairo? ¡Explíquenme!, diría alguno de mis cuatezones del rancho!

Para llorar también, el hecho de que luego de la “despistada” que dio el avión mayor con la cartita para pedir una satisfacción de lo ocurrido hace cinco siglos, durante la mañanera pasarela no hubo ningún “reportero” que preguntara el porqué de la carta, su publicación siendo privada y la negativa real. ¿Acaso el “chayote” se sigue repartiendo entre los reporteros matutinos? ¿O será que son ¿comparsa y no reporteros? ¿O será que “el miedo no anda en burro” como decía mi “compa” de la ranchería? No, ya sé, es una estrategia para distraer la atención de los ciudadanos y que no se hable incluso en las redes, de lo que no se ha cumplido en lo que prometió en su campaña. Podría ser, ¿no?

Otra para reír volviendo al rey de los deportes, alguien comentó en las redes que “los que chiflan a los gobernadores de la oposición cuando acompañan al peje, es pueblo sabio; los que chiflan al presidente son “fifís, pero son un grupo pequeño”. ¿Ustedes qué opinan?

Y la última para llorar: el senado aprobó la ley para quitar el fuero a los presidentes por delitos de corrupción y electorales. ¿En qué quedamos con la promesa de campaña? ¿Y los delitos del fuero común, incluyendo al legislativo?

Cerrando la nota, una buena:  “ya me tienen hasta el copete”, una de las últimas expresiones del jefe del Ejecutivo al hacer referencia a los políticos que, abusando de su posición, se han enriquecido haciéndose contratistas Cuántos han tenido estaciones de gasolina, actividades de transporte y lo común en el área de Petróleos Mexicanos, contratos relacionados con la industria al amparo del abuso del poder. ¿Quién no podría estar de acuerdo? Por eso el hartazgo del pueblo

¿Quién será el que le ponga el cascabel al gato?

 

 

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